Local laberíntico donde cada mesa y espacio es diferente. Igual estás bajo la escalera que en un privado, que en este caso, en una sala de mesas y sillas altas para 17 comensales y que sería una sala de catas interesante, rodeados de viejos vinos. Merece la pena asomarse a la bodega refrigerada y ver los caldos que allí se mantienen aunque la zona noble está cerrada bajo llave para un mejor reposo de los grandes.
De vinos: Virgulilla 2011 y luego subimos a Cerrogallina 2011. Agua Las Creus.
A compartir:
. habas hervidas: recuerdos de años atrás; buen sabor y consistencia mantenida al hervir que no es fácil.
. atun con aceite y especias: fácil recurso sin más.
. clochinas: aún son pequeñas; bien hechas y sabrosas
. cecina con pimienta negra y aceite; algo seca siendo imprescindible el aceite.
. boquerones: perfectos, tamaño justo para no dejar ni la cola; bien fritos.
. brandada de bacalao: bien preparada, buena textura y sabor.
. bravas de tamaño como croquetas, con ketchup básico, buen al-i-oli
. pimientos de piquillos rellenos de atún. Buena opción aunque nada especial,
. solomillo de buey trinchado: buena carne, menos jugosa de lo deseable aunque el punto de plancha era correcto.
. postre con tocino de cielo, pastel ruso, mermelada de tomate, trufas. Para todos los gustos y compartido.
Apoyamos el postre con Tokaji 3 puttonyos y unos cafés finales.
Un servicio lento algo justificable por estar todo, todo lleno. Buen pan de hogaza aunque demasiado denso para mi gusto. En general buen producto con raciones justitas.
Jose es siempre positivo, nada negativo.
Es la mejor visión del mundo.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.