Un restaurante muy redondo

Sin lugar a dudas, un restaurante redondo. Muy equilibrado. Local pequeño, siete mesas de banco corrido que a priori no promete mucho. Sin embargo, encuentras en la carta una oferta de carnes muy singular (cebra, ciervo, faisan, canguro, jabalí, etc.), acompañada de entrantes y tapas, algunas muy originales, y otras tradicionales, pero en las que el producto de calidad es un fiel compañero. Optamos por un carpaccio de calamar (muy bueno), milhojas de berenjenas (muy buenas), parrilada de verduras (correcta) y carne de jabalí (muy buena). Para beber un syrah del Marques de Griñon (2002); decantado y envinado. Muy buenos precios en la carta de vinos. Destaco el servicio y la actitud de Paco ante el comensal, muy profesional, le gusta su oficio y lo transmite. Cafés Nespresso. Invitación a licores. Muy buena relación calidad precio.