Estan de obras y se han trasladado hasta que terminen al Hotel Santa Beatriz de 3 estrellas, el mejor de Campo Maior, también propiedad del Sr. Nabeiro supongo.
El servicio y la calidad de los productos sigue en gran nivel, pero en esta última visita, hemos sufrido una gran decepción. Había un plato de la carta que costaba sobre los 6 € y especificaba que era a gusto del cheff, preguntamos que era y nos dijeron que lo ponían en el menú.
Nunca pensamos que cobrarían a 6 € por persona, unos pedacitos de riñones de cordero (eso si riquísimos), con un pedacin de pan frito.
Los precios se han disparado, solo pedimos arroz de marisco para dos personas, dos de bacalo dorado (las raciones han disminuido casi a la mitad) y dos de almejas (igualmente la mitad de almejas), eso si 2 botellas de vino blanco de Campo Maior (la bodega del Sr. Nabeiro), en eso si estaba el servicio, para cuando se terminase una, rápidamente abrir otra y servir.
Una decepción por lo ocurridom, pero que no quisimos reclamar, ya que pago mi hijo y dijo que no valia la pena.

Y este buen restaurante sigue en su misma linea.
La carta de vinos ha mejorado, sobre todo respecto a los blancos (la mayoría de los consumidos), han escuchado las recomendaciones de los clientes (incluidas las mias logicamente).
Todos los platos estan muy bien realizados y a unos precios bastante razonables, el arroz de marisco (debería llamarse al reves) o sea marisco con arroz, muy rico y las raciones cuando indican para dos personas es para cuatro.
No hay problemas de aparcamiento, ya que dentro del local existen incluso cubiertos.
Decoración estilo indú y bastante minimalista, pero muy original, aunque da la sensación, entre esta y el servico de ser un restaurante mucho más caro de lo que en realidad es.
Todo muy bien.

Ultima visita el día 6/08, como siempre muy buena la cocina y la atención de los empleados.
El vino como dice Teresa, mal sin paliativos, el marisco con arroz, una maravilla, el bacalao dorado de ensueño, las gambas al ajillo muy bien, las almejas bastante buenas y las chuletitas de cordero, cuando las tienen y las aconseja el maitre, un portento.
Excelente en precios, ese día 4 personas por 80 €, con vino blanco de 10 € y con marisco.
La decoración muy vanguardista y original, sobresalen los cristales mateados.

Local dividido en 2 alturas con decoración que quizá lleva al equívoco, ya que está llena de referencias Hindús pero es un restaurante de cocina regional portuguesa, luminoso, climatizado, con mesas bastante separadas unas de otras, buena vajilla y cubertería, la cristalería debe mejorar. Carta amplia con bastantes preparaciones de bacalao y arroces, aunque fundamentados en el pescado. Las almejas y los langostinos de entrante estaban excelentes tanto en calidad como en cantidad, así como el arroz caldoso con mariscos al estilo portugués que pedimos para dos y comimos cinco. Repostería casera muy buena destacando la mousse de mango -que era de mango de verdad- y la de chocolate. Carta de vinos justita y con referencias portuguesas -pedimos dos vinos de la carta que no tenían-. Bueno asignatura pendiente el vino pero aún así merece la pena la visita.