Clásico bueno y muy muy caro

Localizado en un saliente, encima del mar en la parte de playa más rocosa de Denia, por tanto inmejorables vistas. El local ha sido remozado de lo que yo recordaba teniendo una falsa barra a la derecha de la entrada y digo falsa porque no sirven en barra solo es para recoger platos de cocina y preparar bebidas para los dos comedores, uno interior y otro a modo de terraza.

La decoración clásica y marinera. Las mesas amplias, bien vestidas con buenas copas y cubiertos, sillas cómodas y buena separación de espacios. El servicio tan profesional como desorganizado puesto que hay mucho personal pero a la hora de encargar la comanda, solo uno se encarga de la bebida y solo uno de la comida por lo que si te sientas y está en tu sala pues es rápido pero en caso contrario puedes acabarte la bebida sin haber encargado la comida. Eso sí todos uniformados con pinganillo los jefes y dando un servicio académico pero estirado como si estuviéramos en Maxim´s.

Nos ubican en el comedor exterior nos ofrecen pan y alioli que rechazamos, nos ofrecen carnes y pescados del día, nos ofrecen mariscos incluso que no figuran en una carta en que, salvo entrantes y carnes -lo cual no es lo que aquí toca pedir- todo va en "precio según mercado" y que nunca lo sabrás hasta que veas la factura; pero nosotros venimos a tiro hecho: a por gamba y ostra y a comprobar si es la mejor gamba roja como toda la vida ha sido.

Pedimos un par de vermuts blanco y rojo traídos servidos a mesa y se acompañan por cortesía de unas muy buenas aceitunas gordal; hizo falta un agua con gas Perrier.

Pedimos:

. ostras Gillardeau nº 2 x 6: a 6,50 siendo de calidad excelentes muy carnosas muy de sabor a mar y bien preparadas y servidas aunque algún resto de cocha rota al abrirla, en el jugo.

. gamba roja hervida x 4: de tamaño importante, perfectamente escaldadas con mucho jugo interior y franco sabor en cabeza y cola. De las mejores en tiempo pero a 14€ pieza.

. gamba roja plancha x 4: de buen tamaño aunque alguna mayor que otra (teniendo como tienen cantidad y variedad, creo que cuesta poco que sean casi iguales). De sabor y preparación impecables pero a 13€ cada pieza.

Habíamos cumplido nuestro capricho y tras un desayuno bufet en el hotel y una cena prevista en estrella Michelín con abundantes pases, aquí nos quedamos.

Salimos con la impresión de que el lugar se ha convertido en un local, ahora lujoso pero que ha perdido toda su esencia (abrió en 1943) de cuando venías y Pepe Piera, según le entraras por el ojo derecho o el izquierdo, te servía y te cobraba, con un trato más cercano (a veces poco diplomático) y tenía la mejor gamba roja del mundo (quizás fue el primer sitio del mundo que hizo que la gente fuera adrede a comer gamba roja) y también era caro para aquellos tiempos. Ahora lo es aún más, a 275€ /kilo, que es más del doble del precio de lonja pero sigue siendo el rey de calidad al que solo hace sombra el Faralló que ya hace años montó el que entonces era su mejor camarero y sub-encargado de la sala (por debajo de Pepe).

Luce una recomendación Repsol y tiene un aparcamiento más fácil de lo que su ubicación hiciera parecer. Y sigue lleno, aunque ahora no oyes hablar en valenciano y casi, ni en castellano.