Muchos, pero muchos años con la mosca detrás de la oreja con este establecimiento. Desde que lo viera en mis inicios gastronómicos entre los cinquenta mejores restaurantes del mundo, sabía que algún día lo probaría. Por una cosa u otra, viajes frustrados.
Llevábamos tiempo Mila y yo con el Etxebarri en el punto de mira. Llamada con tiempo, por si las moscas, y reserva realizada. Le comentaron a Mila de la extremada dificultad para localizar el establecimiento, nosotros con la ayuda del GPS llegamos sin problema.
En barra, los pinchos de quitarse el sombrero. Pregunto por vinos espumosos, no hay...¿Champagne o Cava por copas? Gramona Imperial, dos copas cargadas, cinco € la consumición. Sacan una tortilla con jamón... Me la hubiese comido sin miramientos, impresionante es poco.
Subimos al comedor. Amplio, mesas con una separación acorde al nivel del sitio. No hay mesa central, aleluya!. Nos acomodan. Comenzamos a fijarnos en los detalles. Todo cuidado al detalle.
Nos entregan la carta. Ojeamos opción de carta, pero como no vamos a venir a comer de diario preferimos el menú degustación. Solo hacemos un cambio, la anchoa por la ostra con espinaca. Pedimos un menú sin sal y otro con sal.
Esto es lo que degústanos:
- Consomé. De otra galaxia.
- Mantequilla de cabra con sal volcánica. Acompañado del pan... Que debas limpiarte las babas es lo mínimo que harás!
- Queso fresco con leche de búfala. Espectacular.
- Calabaza. Puedes apreciar el sabor del humo de la braza, contundente en textura y el marcado sabor de la calabaza!
- Huevo con trufa blanca. La trufa es la trufa y una vez la pruebas engancha. El sabor es brutal!
- Ostra con espinaca. Quizás le resta mucho sabor a la ostra, pero el conjunto en la boca es muy muy bueno!
- Gamba de Palamós. Nada más llegar, ese olor... Abres la cabeza, ese olor...la metes en la boca, que sabor... De lo mejor de la comida.
- Tartar de chorizo sobre maíz. ESPECTACULAR. Es de esos platos que te hace decir WOW. Solo por esto merece venir.
- Guisantes. Alucina, vecina. De otro nivel!
- Rodaballo con verduras. Aquí sí que se nota la brasa. Primer pero, la ración se debe compartir y vino con sal, poca pero con sal.
- Chuleta. Espectacular es quedarse corto. Segundo y último pero, tanto la chuleta como la lechuga tenía sal. Como la mitad, al venir el servicio nos pregunta. Le comentamos que uno de los menú es sin sal, nos ofrece una nueva porción pero declinamos la oferta.
- Bombones de chocolate. Sin palabras.
- Helado con frutos rojos. Ídem que lo anterior.
Con los cafés, un pequeño muffy de otra galaxia. Los café excelentes.
El pan, brutal. Tanto el de caserío como el de producción suya.
Bebimos...."Lecler Briant Brut Rubis de Noir Rose" creo que sobre 90€ la botella. Rico estaba, pero sigo pensando que Billecart ha puesto el listón demasiado alto.
Al pedir la cuenta se acercó la camarera que nos tomó nota y nos comentó que para subsanar el error en la chuleta, corría de su cuenta no cobrarnos uno de los menú. Por supuesto, nos negamos en rotundo. Ella insistió en que era fallo suyo no haber estado pendiente en ese detalle. Agradecemos enormemente el detalle, pero aún así abonamos el dinero correspondiente porque no nos parecía de recibo no cobrarnos el menú entero. Solo por ese detalle ya nos volverán a ver por aquí.
El servicio en todo momento de 9,9.
Larga vida a la brasa del Etxebarri!!