Hemos ido a Pepico muchas veces y casi siempre de comida especial. Hoy era un día de diario en la visita pero para un plato especial que solo se hace por esta zona de Meliana y alrededores y que aquí es el mejor sitio (hasta Camarena vino con su programa de televisión, aunque no lo probó por cuestión de principios). No figura en carta y hay que encargarlo con recomendación porque la materia prima no está en cualquier carnicería.
En el local físico no se aprecian cambios, sí parece haber más personal de servicio en sala. La atención como siempre de nivel superior a pesar del local casi lleno al completo lo que pone en dificultades el tema del aparcamiento.
Cinco para comer con el menú decidido de unos entrantes y la paella más los postres. Nos dejamos aconsejar en los vinos pensando en 2 botellas que fueron: Bourgogne 2020 de Henri Boillot pura elegancia en nariz y complejidad y sutileza en boca al que estos pocos años de evolución le han sentado de maravilla; en tinto fue Domaine Clos du Rouge Gorge de Côtes Catalanes 2011 también con un poco de evolución pero todos votamos al blanco como mejor.
Para comer y con los entrantes en ración prevista para compartir, pero no para compartir entre cinco comensales; sobre la mesa unos buenos panes un cuenco de aperitivo, creo recordar, de ensaladilla y un buen aceite de Finca Varona de variedad picual y farga muy bueno y poco frecuente. Los entrantes fueron:
. quisquilla hervida: quisquilla blanca de buen tamaño, casi sin hervir, jugosa, sabrosa. Muy bien.
. sepionets a la plancha: tamaño ideal, plancha mínima y bien salseados. Un bocado exquisito.
. alcachofas a la plancha con papada ibérica: bien peladas y tiernas con paso por plancha justo y el velo de papada complementa y aporta. Muy bien.
. patitas de sepia con cebolla: siempre perfecto en su elaboración. Algo imprescindible en cada visita.
No quisimos cargar más porque venía un plato contundente no, lo siguiente:
. paella de fetxe de bou: se elabora la base de sofrito como siempre pero la carne no es ni pollo ni conejo, es hígado, lleterola (tejido linfático), el llomello (entraña) y el corazón del toro (o vaca) añadiendo la escarola como verdura tapando por completo el recipiente y dejando que se reduzca buscando un equilibrio con el punto amargo de la verdura; se añade algo de picante que se va notando conforme se acumula al comer. Aquí se hizo perfecto quedando ligeramente melosa para comer con cuchara. Dió para repetir y aún sobró. De aquí al cielo.
. postres: más o menos compartimos un muy buen flan de cazalla (aguardiente de anís semiseco), fresitas x 2 pequeñitas y sabrosas, difíciles de encontrar con un poco de zumo de naranja y "Tarros" de chocolate y el llamado Terra Xufa y Orxata referidos como muy buenos también.
Por supuesto hubo buenos cafés que se acompañaron por cortesía de la casa de unos petit fours a modo de monedas de chocolate de aspecto casero y buena materia prima.
paella
quisquillas
pan
sepionets
alcachofas
encebollada
Como los callos, las ostras, el caviar, los erizos, los caracoles.... hasta que lo pruebas y piensas ¡cuantas oportunidades perdidas!.
Saludos
Pues tienes toda la razón, rectifico.
Un saludo
Me pasa un poco lo mismo,...me cuesta ese tipo de bocados.
El local por fuera no refleja lo que ofrece dentro, ¿es así?
Sin duda. La belleza está en el interior: en su cocina y en el conocimiento de sus vinos.
Saludos
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