Tras cenar dos veces este verano en esa maravillosa terraza sin más techo
Tras cenar dos veces este verano en esa maravillosa terraza sin más techo que el cielo malagueño y sin más sonido que las olas del Mediterráneo, contemplando el reflejo de la luna en mi copa de Champagne, debo otorgarle la máxima puntuación en entorno. No creo que haya en toda España una terraza con más encanto que la de este restaurante.
El resto sigue a un gran nivel, la cocina diferente, con ese punto especial de fusión morisca y andaluza y unas materias primas de primera. Ese Pargo de casi 3 kg que nos seleccionó Rafael y que nos prepararon al horno es uno de los mejores pescados que he probado nunca. Y los postres son todos una delicia para pecar.
La carta de vinos va mejorando, si ya teníamos muy buenos champagnes y una gran selección de vinos nacionales, ahora Rafael está introduciendo algunos vinos foráneos que añaden fuste a la carta (Borgoñas, algún Barolo, etc). Precios muy aquilatados para el nivel del local. Copas y servicio de primera categoría. Impresionante carta de espirituosos y licores.
No entiendo como este restaurante no está ya galardonado con premios de fuste (estrellas, soles o similares). Para mí es uno de los grandes de Andalucía y un lugar imprescindible. Y esa terraza…todo un lujo.