Carta cortita, a veces si no tienen lo que pides se agotó, servicio muy bueno, especialmente cristina, vinos buenos dentro de un orden.

De nuevo hemos comido a base de alchofas con marisco y solomillo de ciervo con un buen postre de chocolate blanco y negro y de vino un fino de moriles montilla y tinto joven pado de capellanes 2004, muy rico y muy buen servicio, Cristina y Maria Jose se esmeran, perfecto

Local de estilo rústico con paredes de piedra a la vista, sencilla decoración, mesas pequeñas y sillas no muy cómodas. Pese a ello este lugar tiene un encanto especial, sobre todo entendido como vinoteca, crea un excelente ambiente de bodega.
Cocina de mercado con sencilla preparación pero exquisito resultado. Sorbete de zanahoria, alcachofas con marisco y brochetas de solomillas. Todo muy bueno y como colofón, postres caseros, sin pompas pero riquísimos.
La bodega es una maravilla, apuesta por caldos de corte moderno, sin perder de vista los grandes clásicos. Bonita carta con foto de la botella y precios razonables. A mejorar las copas.

Es uno de esos locales con encanto en los que se disfruta de una grata compañía con una copita de buen vino.

Un verdadero descubrimiento en el centro de Valencia, de primero Alcachofitas a la salsa y gambitas, de segundo Brocheta de Mar, ricas ricas, postre Creppes a la manzana y canela, vino Vegalfaro 2004. Precio 23 euros, estupendo servicio Cristina amabilísima profesional competente y desenvuelta, en la cocina Ruth me encantó su trabajo y sumiller María José, todo perfecto, se conjugan aquí el comer en el centro, con rapidez con calidad y con buen precio, la carta muy bien montada corta pero con calidad, en cuanto a la de vinos los hay por las parecedse, y en la carta completa en cuanto a ejemplares de calidad y con buena RCP, si señor, por todo ello aconsejamos su visita.