Indispensable cada estación...

Lugar al que hemos ido varias veces y siempre hemos salido con satisfacción...
Así que ha llegado el momento de hacer la valoración.
Situado detrás de la iglesia del pueblo. El comedor es pequeño (25 personas) pero acogedor, distancia prudente entre las mesas.
Comida: 4 entrantes fijos, 4 segundos y se elige uno, y 3 minipostres fijos (20 euros)
Gambón con ligero rebozado con salsa de romesco (exquisito)
Migas con huevito de codorniz (exquisito)
Pisto de calabacín, zanahoria y pollo al curry (buenísimo)
Albóndiga de carne con salsa de queso (estupenda)
Segundos a elegir uno:
merluza en salsa (muy rica, fresca, y la salsa muy sabrosa)
Codillo (no lo he probado)
Bacalao con tomate (bueno)
Codorniz (no la he probado)

El postre es fijo, 3 minipostres en el mismo plato: flan de cafe cubierto con chocolate, bizcocho de naranja con crema y mousse de queso con crema de membrillo (que rico, dios mío...)

Dos copas de vino (Casta Diva) (1,50 euros cada una)

Un cortado (1,20 euros) y un café (1 euro).

El menu suele variar con el cambio de estación...

La comida como siempre, estupenda. La carta de vinos es reducida, pero lo que hay, está bien.

No se puede pagar con tarjeta de crédito. Todos los precios son con IVA.

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