Es la tercera visita a este restaurante de comida china pero algo peor que la segunda y la segunda ya fue algo peor que la primera.
Precio medio de unos 30 euros y raciones algo justas en todos los platos.
Servicio del dueño muy agradable y bastante peor de la camarera de sala que ese dia estaba.
Arroz insipido. Buenos tallarines y platos de fideos.
postre normalito.
precio del vino algo elevado, siendo un Viña Esmeralda por 17 euros mas el iva.
Creo que va a ser la ultima visita.
Hacía bastante tiempo que no acudía a este restaurante del antiguo barrio. Han cambiado algunos elementos de mobiliario, como las lámparas, y las paredes ahora estan recubiertas por un papel gris bastante discreto. Siguen en cambio las sillas y mesas en tonos verdes, casi identificativas del restorán (ay).
Rollitos imperial y especial algo flojos, mejor en cambio los sombreritos chinos. Muy sabroso el pollo con verduras y bien también la carne con setas y bambú. No pedimos vino, pero creo que la carta no ha cambiado, así que los que lo frecuentais, creo que notareis pocos cambios al respecto.
Atención en todo momento puntual y correcta. El precio indicado es para dos personas. Creo que es un restaurante bastante honesto y si lleva tanto tiempo abierto, por algo será. El precio indicado es sin postre y con café.
Estuvimos el sábado.Wan tan frito(bueno) chopsuey de carne,huevoa fu-yong,sombreritos chinos(pésimos),y dos platos más que no recuerdo el nombre.Mosquitas en el ambiente (que presuponen una regular calidad en la comida,posteriormente confirmada).Paredes sucias y mobiliario desvencijado.
Una vez y nada más....
Típico chino con un toque diferente, para bien, en el sabor de los platos habituales.
La carta de vinos práctica, no muy extensa y sin ningún adorno. Por lo visto ya tienen bastantes años a la espalda y se centran en lo que realmente les funciona mejor. Recomiendo probar el pato pekin.
Restaurante chino de los de toda la vida que destaca fundamentalmente por alguna de sus elaboraciones, en especial el pato.
El local está pidiendo a gritos una reforma, no hay más que fijarse en las paredes, mobiliario y sobre todo los baños.
La carta de vinos es sencilla y utilizan cubitera.
El servicio fue lento y algo brusco, todo lo contrario a lo que es costumbre en este tipo de locales. Curiosamente no había ningún camarero oriental atendiendo en la sala.
A destacar un curioso postre chino llamado ’Palitao’ a base de arroz cocido, sesamo y helado de coco
Un desastre, aunque la comida no puede decirse que estaba mala. Acudimos a cenar un martes por la noche; contando la nuestra, sólo había tres mesas ocupadas. Pues bién, tardaron bastante en servirnos el primer plato, pero estuvimos quince minutos de reloj esperando el segundo. Si no se dispone del servicio adecuado, es mejor no abrir el restaurante. Con todo lo peor fue que se olvidaron de un plato; cuando se lo dijimos a la ¿camarera?, nos comentó que no había tomado nota, pero que si queríamos lo pedía en cocina. Viendo lo que estaban tardando en servir, optamos por pedir la cuenta y largarnos. No pienso volver.
Mala relación calidad-precio. Me parece exagerado cobrar 2´10 € por una heineken y 1´95 por una san miguel, mas IVA.
Nada más entrar encuentras un pequeño recibidor de estilo colonial que te sumerge en una sugerente atmósfera. Lástima que cuando entras al comedor todo esto se pierde y te encuentras con un local donde el paso del tiempo ha hecho mella.
Por contra la cocina es correcta, típica china cantonesa pero cuidada, dim sum casero, todas las salsas hechas por el restaurante, las masas del Wan tun, etc. Destacar el pato cantonés.
En cuanto a la bodega sencilla, desequlibrio en los precios y carencia de espumosos, que es el maridaje que yo siempre recomiendo para cocina oriental.
Un clásico en Valencia, para cuando apetece esta cocina pero auténtica y sin excesos de aceites.
Efectivamente uno de los chinos mas clásicos y honrados de la ciudad.
Quizá, la oferta sea demasiado vista y algo trasnochada, cocina china cantonesa, eso si, bien ejecutada, equilibrada y presentada.
Bodega sin grandes pretensiones, pero adecuada para un oriental.
Resto de detalles, todo correcto.
Posiblemente, junto con el Mey-Mey, uno de los chinos clásicos mas serios y honrados de Valencia.
Calidad, tradición y experiencia desde hace mas de 15 años.
Recomendable.
Clásico restaurante de cocina china situado en la zona del Ensanche, junto al Mercado de Colón. Uno de mis favoritos, pero creo que ha perdido calidad. A pesar de eso, me encanta su Pato Pekín. El local es agradable, con cierto regusto típico por la decoración estrafalaria. El servicio, la última vez que fui fue muy lento, pero sigue siendo una buena opción en este tipo de cocina. Aceptable carta de vinos y decente RCP.
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