Local cómodo de decoración neutra, buena iluminación y separación entre

Local cómodo de decoración neutra, buena iluminación y separación entre mesas.
Cocina de mercado con claras pinceladas de autor donde aparecen platos brillantes como las cigalas con boletus, con otros no tan brillantes como la lasaña de buey de mar, donde no se ha conseguido matizar el sabor del buey y prima la bechamel y el queso frente al verdadero protagonista. Las carnes en su punto pero el acompañamiento simple, patatas chips, y aceitosas. En este punto nos defraudó un poco. Pero en líneas generales la cocina es correcta.
Extensa carta de vinos con algunas referencias que llaman la atención (vinos de primera línea con otros de tercera división) y servicio del vino correcto, eso sí, los precios excesivamente altos.
Servicio atento pero se oye demasiado hablar a los camareros y cocineros, estos últimos se permiten el lujo de asomarse a la ventana que da a la cocina y hacer comentarios sobre los clientes... un detalle no demasiado agradable (y que conste que sobre nosotros no hubo comentarios).

A grandes rasgos el restaurante no está mal pero quizás esperaba demasiado de él al leer los otros comentarios. RCP correcta.