Local ambientado en los años 60, muy familiar. Desde que entras te sientes

Local ambientado en los años 60, muy familiar. Desde que entras te sientes como en casa, y rapidamente crees que eres un asíduo del local. Los primeros mejor que los segundos. Optamos por pescado: merluza con salsa gula y rape al cava, bien, nada excepcional pero sin lugar a dudas con una RCP muy buena. La bodega justa, aquí se necesita un empujón, así como un armario para los vinos. Matizar un comentario anterior, los manteles no son de plástico, sino de lino plastificado y servilleta de papel de mucha calidad, a nosotros no nos importó, creo que está todo en equilibrio. Al final, un entrante, un postre, los dos segundos y Mestizaje por 56 euros. Repetiremos.