Hace un ratito que estaba allí. Cumpliendo, aunque algo tarde, el compromiso que me arranqué solito en la anterior valoración. Solo que en parte, ya que ha habido un "culpable" de que no pidiera los garbanzos marinera.
Una mesita para dos pegada a la ventana. Copas Stölzle para recibir a mi Lan A Mano 2006. Aún sabiendo que tienen un parking de copas mejores, estas me han servido muy bien, su boca sin cerrar ayudaba a la aireación.
Un menú muy potente que nos ha demostrado el pedazo de vino llevado.
- Unas croquetas de bacalao con alioli casero muy bien hechas, con algún piñón que otro, caseras (esta palabra no deja de repetirse en todos los platos).
- Caldo de cocido con una pelota de carne casi del tamaño de una de tenis, buen sabor del caldo.
- Revollones con huevos rotos. Servido en cazuela de porcelana con asas. El pan lo hemos gastado exclusivamente aquí. Llevaba ajos tiernos y de los otros en buen número, no veas el aceitito como estaba. No me ha importado ni la baba del huevo.
- Y ahora viene el "culpable". Un arros amb fessols y nabs impresionante, pleno de sabor, con mucha sustancia. He comido el caldero que hacen los llauros de Meliana y se lo que digo.
La otra vez dije que el postre no es su fuerte. Bueno, pues es mentira. Si quieren, lo bordan. Eso si, tiene que ser en su estilo.
- Torrija caramelizada con helado de canela y polvo de almendra garrapiñada.
Cortesía de la casa una copa de Olivares tinto dulce monastrell para acompañarlo.
No estaba Hugo el magnate, pero no ha hecho falta, muy bien atendidos en sala, y además, si eso ha servido para que la guapa de su hermana subiera a darnos un par de besos a mi mujer y a mi, bendita su ausencia.
Genial menú y genial precio.