No habiendo podido asistir a la primera edición de esta iniciativa de La Pitanza, con gran ilusión y acompañado de cuatro miembros más del grupo de catas Valéncia, nos dispusimos a degustar en un ambiente totalmente familiar, tanto por el personal de la casa como por las pocas mesas que nos rodeaban, de la propuesta de Belén, que consistió en los siguientes arroces:
- Arroz Senia de Pobre, galeras, espinitas y salazón.
Sabroso, sencillo, lleno de mar, ideal para empezar.
- Arroz Bomba de Navajas encebollado.
Muy interesante combinación, arroz con un tacto y sabor excelente.
- Arroz Senia de bacalao, espinacas y coliflor.
Equilibrio entre el sabor del bacalao y las verduras. Elegante.
- Arroz Albufera de All i Pebre de cocochas.
Sabroso, de los que no dejan indiferente, con el punto de all i pebre protagonizando y las cocochas redondeando el plato.
- Arroz Carnaroli de huevos con sardinas.
Un arroz con un toque más rissoto, muy original.
- Arroz Bomba de carabinero.
Excelente el carabinero, muy fresco y fantástico el arroz, uno de los que más me gustó.
- Bajoques farcides sense bajoca (senia).
Otro original plato en el que el sabor del pimiento más tradicional hacía del arroz un bocado delicioso.
- Arroz Albufera de conejo de monte con alcachofa.
Muy bueno, uno de los mejores, meloso, equilibrado, muy rico.
- Arroz Albufera de setas y codorniz.
Predominio del sabor de las setas en otro arroz para repetir.
- Arroz Bomba de caza y castañas.
Aunque costó por su contundencia, potente, sabroso y colofón perfecto.
Señalar que el punto de todos y cada uno de los arroces era el adecuado así como la elección de cada tipo de arroz, lo cual, independientemente de los gustos de cada uno deja muy a las claras el gran trabajo de cocina que había detrás de esta propuesta.
Los vinos del evento, servidos sin limitación por cierto, fueron los siguientes:
- Cidre Dupont.
- Palo Cortado Lustau Península.
- Envidia cochina, albariño.
- Tantum Ergo Pinot Noir Brut Nature
- Sexto Elemento Bobal.
Además hubo postre, también llevaba arroz, muy rico, eso si lo recuerdo aunque no su nombre.
Muy buen pan, café y todo tipo de detalles, cambio continuo de copas y cubiertos, adecuadas estas últimas para cada tipo de vino.
Dar las gracias a la Pitanza por haberme dado la oportunidad de asistir a esta excelente comida, especialmente a Belén que hizo de cada arroz una experiencia, preguntándonos y pidiéndonos opinión de cada plato durante la comida, a Hugo que al final no se presentó pero estaba virtualmente y a todo el personal del restaurante que, desde luego, estuvieron a la altura del evento manteniendo ese aire familiar que tiene el Restaurante.
Esperamos la próxima.