El 23 de julio se reinaguró la Llantia Dorada el restaurante al que suelo ir a comer y cenar varias veces en un mes pues es mi rincón preferido. Está en la calle Hierba nº 4, junto a la plaza de la Virgen.

Han cambiado el concepto y, ahora, por la noche, cenas de tapeo o de carta siempre con su punto exquisito de comidas del mundo. Además, también puedes tomarte la primera copa de la noche.

Yo lo recomiendo pues el trato sigue siendo exquisito, la comida SUPREMA y, ahora, además de que se mantiene el menú por 10 € al mediodía; por la noche cenas con un tapeo abundante por unos 15 - 18 € --> fenomenal!!!

En materia de vino yo recomiendo el Jean LeónPetit Chardonnay en blanco, el Enate rosado y el Semelé rosado para este tipo de comida - cena. Además de los cocktails que recientemente han incorporado donde destaca el Shine y el Mojito dulce... geniales!!!!

No os lo perdáis.

Local situado en el centro de Valencia, con un ambiente muy personal, pero que por la falta de ruido, la iluminación baja y con velas y el no permitir fumar crean un ambiente muy agradable e íntimo.

La comida interesante y muy bien conseguida y con un emplatado muy acertado. Quisimos probar el menú degustación, pero dado que iban a cerrar por vacaciones les faltaban algunos platos, así que nos decantamos por platos de la carta.

Respecto al vino apoyo lo comentado por DaniC con respecto a la carta y a las copas de agua, un punto a mejorar.

Repetiré para probar su rotación de carta.

Muy bien localizado, en el centro histórico de Valencia, local muy personal con decoración algo lúgubre, pero sugerente, entre étnica y minimalista, muy original.
Interesante y personal concepción culinaria la que desarrolla el apasionado Marc, con numerosos guiños de autor, en una cocina básicamente de mercado, con multitud de matices de cocina árabe, hindú, oriental,...etc. Eso si, con una extraordinaria y admirable rotación de platos y menús.
Lastima la pacata bodega y todo lo relacionado al vino, muy a mejorar.
Excepcional Relación Calidad Precio.
Un local muy agradable, interesante y recomendable.

Local de decoración ecléctica, atmósfera casi esotérica, poca luz y predominio del color granate. Lástima la falta de atención a algunos detalles como las incómodas sillas, las copas de agua enla que vierten cualquier vino.
Cocina internacional que varía semanalmente, sabores nuevos para descubrir con buena presentación pero con bastantes altibajos en su calidad.
Bodega escueta pero con interesantes referencias aunque el servicio del vino es inexistente.
Desde luego es un local interesante y la rotación de platos se merece un premio, aunque hay puntos que mejorar inmediatamente.