Habíamos leído algún comentario favorable, está llevado por gente joven y emprendedora y conocíamos el Follia y el Follia de Pot, restaurante familiar de una de las socias. Por todo ello reservamos para cenar.
El espacio es realmente bonito e interesante. Techos abovedados, paredes de ladrillo visto, cálida iluminación. Mesas bien paradas, servicio joven y atento.
Diferentes espacios en un comedor elegante.
Original carta con una propuesta de 3 platos principales a compartir (carne, pescado y caza) que se puede complementar con unos entrantes clasificados entre Rebost, Del día y Cal Fideuer.
Adecuada carta de vinos con amplia propuesta de vinos franceses e italianos.
Dos postres, cantados por el servicio a la retirada del segundo plato.ç
Propuesta de una cocina que podríamos decir clásica pero presentada con una orientación moderna y atrevida, pero de calidad.
En esta ocasión como entrantes compartidos una original Torronada (masa de garbanzos frita, laurel y mayonesa de anchoa) y unos Paccheri de butifarra picante , sofrito de cerdo, anís verde , bicho fresco y limón de jardín, realmente buenos.

Como plato principal, compartido, la cola de rape calentada en salsa de arroz y salvia que viene acompañada de zanahorias asadas y guisantes pasados por la sartén, unas acelgas y espinacas salteadas y una ensalada de mostazas, hierbas y rábanos. Un excelente plato, muy completo, que de saberlo hubiéramos eliminado uno de los entrados.

Finalmente, los postres también compartidos, un bizcocho helado de avellanas y miel, que redondeó una magnífica comida.

Habrá que seguir de cerca la trayectoria de este restaurante, capitaneado por 3 jóvenes profesionales. Muy recomendable.