Calidad en Girona

Girona dispone de una oferta gastronómica increíble, con estrellas y sin estrellas, pero una oferta amplísima para todos los estilos y precios.

En esta ocasión queríamos visitar un restaurante por primera vez dado que por proximidad domiciliaria hemos estado en muchas ocasiones y conocemos muchos restaurantes.

Decir, de entrada, que la elección fue magnífica.

Restaurante bien situado en el barrio viejo, con mesas y barra en el interior y una pequeña terraza exterior.

Carta que permite platos para compartir y principales. 

Carta de vinos adecuada a la propuesta gastronómica.

Servicio joven y un poco despistado, lo que penaliza la reseña. Propietarios en la sala.

En esta ocasión seleccionamos 3 platos para compartir.

Para empezar, un Wantum de gamba crujiente especiado con Ras el Hanout y espuma agridulce, muy bien frito, nada aceitoso y con gambas de buen tamaño.

Seguidamente unos guisantes del Maresme, con tripa de bacalao, "Rubia gallega", setas silvestres y holandesa de pimienta verde. Los guisantes pequeños, sólo escaldados, un gran plato.

Y para acabar, una terrina de cochinillo con manzana de Girona y un toque de wasabi. También nos gustó mucho, con el cochinillo crujiente por fuera y meloso por dentro, con una combinación muy original de la manzana y el wasabi. Platazo.

Para terminar, teníamos buenas referencias del flan pero se había acabado y escogimos un bizcocho con chocolate blanco y fruta, muy bueno.

Aguas, cafés y una copa de El Missatger Negre, del Celler Pujol Subirà (Empordà), una cariñena que acompañó muy bien.

Resumiendo, disfrutamos de una excelente comida, con una buena relación calidad - precio (no extraordinaria porque algunos platos están subidos un poco de precio).