Lo que toda la vida ha sido un chiringuito en la playa, y que ahora se autodenominan Beach Bar, ya que se trata de un local sobre la misma arena de la playa de la Albufereta (antes de entrar en la propia Alicante) con difícil acceso y aparcamiento, pero que merece la pena.
Tiene una amplia barra de servicio y un espacio a cubierto con decoración en el techo de plantas artificiales, con poco espacio entre mesas pero con unas vistas de lujo, donde una buena presencia de personal muy eficiente y un cocina que consigue sacar con rapidez las comandas.
Nos sentamos en, quizás, la mejor mesa en una esquina con vistas a ambos lados de la playa y Alicante al fondo pues aunque estaba reservada conseguimos que nos colaran.
Venir de la playa significa copazo de cervezas y así cayeron dos con dos aguas sin gas que sirvieron para compartir al centro todo lo elegido en una carta plastificada basada en platos para compartir, a los que en general les hubiera venido bien un pellizco de sal:
. mejillones al vapor: de buen tamaño y muy carnosos, con poco tiempo de cocción lo que los mantuvo jugosos. muy bien.
. puntillas: buena fritura y correcto de sabor.
. sardinas plancha: 8 unidades de buen y fresco pescado que inicia el buen momento de temporada. Notable alto.
. boquerones fritos: buen tamaño, bien fritos quedando tersos, nada aceitosos. Notable alto.
No hubo cafés pero si algo de sobremesa porque ya no apretaba la cola de espera.
mejillones
sardinas
puntillas
boquerones
vistas al norte
vistas al sur
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