Sencillo

Situado al lado de la cofradía de pescadores, a pie de la ría del Eo. Local sin pretensiones regido desde hace poco por unos jóvenes. Terraza sencilla. Sin manteles, servilletas de papel, menaje de batalla. Servicio bastante disperso, aunque muy amable. Carta corta a base de tapas principalmente. No miré la carta de vinos.

Cena ligera para dos.

- Tomate con ventresca de atún (13 €) - Muy bueno.

- Gilda (1,90 €) - Flojita para mi gusto.

- Pixín frito (21 €) - Rico.

De postre:

- Tarta de queso (6 €) - Buena.

- Helado de vainilla Diego Verdú Monerris (5 €) - Muy bueno.

Para beber, una caña (2 €) y dos refrescos (2,20 €/ud).

El pueblo estaba de feria y había mucho ambiente. Lo mejor: las vistas del anochecer en la ría.

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