He ido a comer a les coques recientemente, el local es acogedor, espacioso y decorado con buen gusto, pero como el local no lo sirven en un plato, he de decir que la cocina me pareció deficiente. Pedí unas habitas con calamarcitos que al ver que los habían servido con habas negras, propias de butifarra del mismo color, debieron dimitir de su concurso porque la verdad es que eran más bien escasos (quizá eran nanométricos y yo no llevaba el instrumental de detección adecuado), el segundo era solomillo con foie, aquí el foie si hacía acto de presencia pero la carne era vulgar, lo he comido mejor en unos 2.000.000 de sitios (por cierto, si alguien quiere degustar un solomillo excelente en un local cuyo interiorista debió de ser Caronte, que vaya a Mequinenza a un restaurante llamado Royal II, no confundir con un tabernucio sin güarismos mismo nombre y localidad)

Cerca del antiguo restaurante “Les coques” (ahora llamado “Les coques velles”), los propietarios del susodicho han rehabilitado una preciosa casa del Casc Antic de Tarragona con un gusto notable. Hay espacio entre las mesas y nosotros comimos en un reservado muy majo. Predominan la piedra vista y las maderas nobles, y se nota un toque enófilo por todas partes: tapones de corcho decorando estanterías, muchos decantadores, botellas expuestas… Trato muy amable y profesional, recomendando platos fuera de una carta de ésas en las que cuesta elegir. Cristalería Riedel y Spiegelau, vajilla variada y adecuada, muy buen servicio. Exquisita cocina de mercado, a destacar el filet de bou amb Torta del Casar y los postres, con una cuidadísima presentación. Éramos 6 y salimos a 50€/barba, 2 botellas de cava Huguet (1,5xtienda) incluídas. Yo no me lo perdería…

Nueva visita a este restaurante, y destacar la regularidad, en positivo, del mismo: buen servicio, vajilla y cristalería de categoría, calidad del producto excepcional, servicio del vino muy correcto. Hay que fiarse de las sugerencias del propietario, pues nunca decepcionan. La carta de vinos es muy interesante (lástima que sigan sin constar las añadas), y la bebida llega a la mesa a una temperatura idónea. Decantadores fenomenales. En mi opinión una de las mejores, si no la mejor, opciones para comer en Tarragona ciudad.

Todo un clásico de Tarragona, que hace apenas dos meses ha cambiado su emplazamiento, yendo a ocupar un lugar mucho mejor, el donde antes estaba uno de los pubs de copas más conocidos de la ciudad: el Poetas. En mi opinión han salido ganando mucho, sobre todo en lo referente al vino, pues una flasa la han cerrado y climatizado, con lo que les ha quedado una bodega excelente. Su carta de vinos es muy buena, con el fallo grande de no constar la añada y el más pequeño de la ausencia de vinos extranjeros. Pero todo esto se les perdona al ver que el restaurante cuidad y quiere el vino, tanto por su conservación como por los precios del mismo en carta, muy asequibles. ¡Así sí que se puede beber vino en un restaurante!. La comida no ha sufrido variaciones: producto de gran calidad y de temporada, pescados excelentes. Claro que todo eso se paga y los precios son elevados, contando además que en Cataluña pagamos todo un poco más: preparar de 40 euros para arriba como poco. El servicio debería m