En una bonita plaza de Aldaia y sin problemas de aparcamiento hay un local que tiene fama por sus bocadillos XXL y la verdad es que imponen como un Miura en San Fermín.

Tiene una parte de terraza exterior y un comedor interior no muy grande que deja la barra de servicio a la derecha y dispone de unas mesas y sillas de aspecto castellano; la decoración con algo de cerámica en paredes. Mesas grandes desnudas sobre las que se colocan un par de cuencos de barro, uno con cacahuetes del collaret y otro con aceitunas partidas de nivel y cantidad superior a la media.

Traen la carta de almuerzos plastificada hace tiempo con 16 opciones de tamaño XXL (barra entera de cuarto) pero nos conformamos con el tamaño medio (media barra exacta); quizás en compañía animada hubiera atrevido más. Mientras nos traen para beber vino tinto de la casa y gaseosa.

El bocadillo viene bien relleno con un pan que aparenta corto de cocción pero que luego sorprende por lo crujiente. ¿Su contenido? pues uno de los más clásicos: carne de potro ajos tiernos y patatas resultando muy tierno el filete y bien preparados los complementos que dan jugosidad al bocadillo. Notable alto.

No puede faltar un cremaet final, bien preparado y bien caliente.