Tras una visita a Frigiliana (muy recomendable) decidimos bajar a la playa a comer. En la amplia playa de Nerja son varios los locales de restauración sobre la arena y entre ellos elegimos éste que abre los lunes de invierno, lo que no es fácil. Dispone de un comedor interior y de un amplio comedor exterior con buenas mesas cubiertas de mantel de tela y silloncitos de terraza aunque cómodos con algunas de ellas con respaldos acolchados; las vistas del mar son excelentes y la primera línea de mesas es un no par de dar y repetir servicios. En el fondo de la terraza dispone de unas parrillas de gran tamaño donde se hacen los espetos y brasean carnes y pescados: un espectáculo.
Los cuatro nos sentamos en segunda fila, con el mar como perspectiva y su servicio de hamacas en la arena de la playa. Amplia mesa, mantel y servilletas de tela, copas vasos y vajilla aceptables. Servicio profesional y muy atento y creo que alegre de poder hablar en castellano en alguna mesa. Lleva funcionando más de 50 años y se nota esa solera de local de toda la vida.
La carta de vinos es corta pero suficiente, quizás debería mejorarse en cuanto a perder un exceso de clásicos pero es evidente que aquí el cliente medio va por vinos clásicos o sangría; nosotros también fuimos por sangría (y repetimos media), agua fría grande y cerveza porque, aunque a la sombra de los toldos, hacía un día de preverano.
Para comer nos traen de aperitivo por cortesía de la casa, unas buenas aceitunas partidas y con un pan básico tomamos y compartimos en raciones amplias (no pensadas nunca por persona, sino al menos por pareja):
. espeto de sardinas x 2: estamos en mala temporada, son pequeñas y con poco omega 3 (léase grasita) pero es plato obligado; fueron 10 piezas que cumplieron la necesidad; acompaña algo de ensalada. Plato obligatorio.
. fritura variada: con chanquetes, puntilla, calamares, cazón.. Un clásico perfectamente rebozado y frito quedando casi secos y hasta crujientes algunos, Buena calidad y buena elaboración. Recomendable.
. tortitas de camarones: cuatro piezas crujientes aunque poco rellenas de camarones, acompañadas de una salsa (creo recordar salsa tártara) y algo de verdura complementaria en la estética. Bien.
. pescaditos: por recomendación del encargado y con el nombre de "morralla" se trata de pescaditos (no son clásicos boquerones) del tamaño de un dedo de la mano con el rebozado y fritura característicos de la zona. Excelentes.
. copa de helado: 2 enormes bolas de helado de buena calidad, de mango y frambuesa. Muy bien.
. tartas de piononos x 3: los piononos son unos pastelitos rellenos de crema pastelera, originarios de Santa Fé (Granada); aquí hacen su versión en tarta que resulta curiosa y sin excesos dulces. Notable.
El local tiene a gala autodenominarse chiringuito pero hay restaurantes con menos elegancia y savoir faire en el servicio.
No hubo cafés ni casi sobremesa porque se seguían llenando las mesas. En la valoración de comida y precio sería para un 8 ambas por lo que promediaré.
espetos
fritura
tortitas
moralla
helado
tarta
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