Habrá que volver

Fuera de la capital y una localidad donde siempre se ha mantenido la costumbre del almuerzo (esmorzar) a primera hora de la mañana, brilla este local con luz propia habiendo sido premiado con el Cacau d´Or (estrella Michelín) en 2023 a locales en la provincia; además también este octubre pasado consiguió el premio al mejor cocido valenciano -solo miércoles y por encargo- (cada región tiene su cocido), por lo que su cocina está de doble enhorabuena en menos de un año; también un 4º puesto en postres elaborados con caqui, un producto que cada vez más se cosecha por la zona, antaño lugar de naranjos; han dejado los arroces para el sábado y parece que tampoco se les da nada mal. Y ojo porque el cremaet especial merece comentario aparte.

El local se sitúa en un chaflán en las afueras de la población cerca del campo de fútbol, de la estación y de la acequia real del rio Júcar que a modo de acueducto es sostenida por unos arcos (de ahí el nombre); sin problemas de aparcamiento; tiene una amplia acera donde hay mesas de terraza en verano y de fumadores en invierno, con un interior en forma de "L acostada" con una amplia barra de servicio que se continúa con la cocina dejando una sala muy ruidosa por sus amplias cristaleras a la calle ganando en luminosidad. Las mesas en doble hilera son buenas las de 4 y pequeñas y de terraza cervecera las de 2; mantel y servilletas de papel con copas y vajilla básicas; sillas de comodidad aceptable.

El servicio es muy eficiente e implicado con salida de cocina en tiempo correcto para un local interior lleno y algunas mesas que doblan servicio. No se ve comida ya preparada sino que parece que viene todo recién hecho en cocina.

Para beber vino de la casa sin etiquetar y gaseosa como mandan los cánones del esmorzar; en el gasto se incluye también una ensalada valenciana (opción también de solo aceitunas que se usa en general en locales que dedican menos tiempo a la cocina)  y unos cacaos fritos que llevaban sal para hacer hipertensos a todo el pueblo. En la carta de opciones encontramos variedad con diferentes precios según contenido.

El pan, elemento importante donde los haya, no hay más que opción de tamaño entero siendo algo más de media barra; ¿nivel? por encima de la media con buena cocción crujiente, con miga ajustada para soportar salsas, algo más estrecho de mi gusto pero de buen nivel. El relleno también es bueno.

Lo pedido: Carxofoie: consistente en una brascada a la que se añade (por si faltaba poco) foiegras y alcachofas rebozadas y fritas, por tanto solo en temporada de alcachofas); los elementos de buena calidad (el foiegras básico) dando un conjunto en el que se aprecian todos los sabores (carne de ternera, cebolla pochada y caramelizada jamón serrano, foiegras y alcachofas) sin que se apodere ninguno. Muy recomendable.

Lo bueno no acaba ahí porque tiene un "super cremaet" de 5 capas, a saber de bajo a arriba: miel, leche condensada, ron quemado, café y crema de leche con canela sin que se mezcle ninguna capa ya que se mantienen por densidades. Espectacular y muy sabroso manteniendo el sabor de todos los elementos en las dosis necesarias para que se apodere ninguno. Tuve que repetir porque para mí está en el top 3 de todos los probados; tiene un suplemento de 1€ sobre el cremaet normal, pero solo verlo ya es un objeto de deseo y que supongo tendrás su premio a no tardar.

La pregunta es: ¿merece la pena el desplazamiento desde 50 km por autovía?. Pues sí, porque lo importante no es lo que tardas en llegar sino lo contento que haces la vuelta. No se si volveré por el almuerzo o bien a por el cocido, pero salgo con ganas de volver, y eso es mucho.