Restaurante q ofrece una cocina navarra totalmente alejada de patrones clásicos. Excelente materia prima utilizada para elaborar platos de corte moderno manteniendo las raíces de la zona. Excelentes las ostras, así como las anchoas con cebolla finísima. Alcachofas de una calidad única acompañadas con foie nos gustaron mucho, así como los mejillones con salsa de azafrán acompañados de puerro picado y asado. Magnífica y jugosa las carrilleras con salsa de naranja, contraste entre la gelatina de la carrillera y el sabor agridulce de la naranja. De postre recomiendo pedir la leche frita, servida de manera impecable. De las mejores q he probado y con un toque de modernidad en su elaboración. Buen pan, buen café y un trato magnífico.
Respecto al servicio del vino, copas correctas y carta de vinos algo descuidada. Es mejor preguntar y dejar asesorarte ya que la bodega dispone de más botellas q no aparecen en la carta. Magnífico Witmann Westhofener trocken S de 2003, a temperatura correcta, y