Estrella Michelín del esmorzar

Simat está a una hora de Valencia en coche pero como dice la guía Michelín, la estrella es porque merece la pena el desvío para ir; aquí se cumple sobradamente para el esmorzar valenciano. Tiene premio Cacau d´Or 2022 al mejor almuerzo; primer premio al mejor cremaet clásico en el primer concurso celebrado el año pasado y segundo premio al mejor cremaet creativo.

El local es el bar del polideportivo del pueblo y por tanto un local muy familiar de gente local más los rivales futbolísticos del día (sábados y domingos), ciclistas y motoristas más algún peregrino del buen comer (y almorzar) como nosotros cuatro. Son mesas con mantel de papel, cubiertos, vajillas y copas propias de este tipo de locales (y más siendo municipal que no acepta reformas) donde lo importante es lo que sale de cocina. Hay un espacio de mesas a la entrada con una cocina y barra en medio qye da acceso a otro comedor algo más amplio. Buenos ventanales al exterior con vistas a los campos de futbol pero también al impresionante Real Monasterio de Santa María de la Valldigna de origen cisterciense y que merece una visita detenida; nos completó la mañana.

Una vez dentro te pones en manos de Marina en la cocina y del autodidacta (ha crecido en bares familiares locales) Raúl en sala y en barra para los cremaets y al que aún le da tiempo de atender a la chavalería deportiva y gestionar las pistas. Si será familiar (22 años de familia) el local que el equipo lo completan el hijo y la hija. Reserva con tiempo porque la fama les ha llegado sobre una situación ya bastante completa; hay más gente en el bar que en las gradas de los campos; por supuesto las mesas doblan servicios en el almuerzo. Ojo a las comidas donde el arroz al horno es de categoría como dicen por aquí.

El producto es de proveedores locales destacando el embutido y el figatell (carnicería Olegario) que también se ha reconocido como el mejor del mundo en reciente concurso; además el gasto incluye no l consabidas aceitunas sino una ensalada en toda regla (además nos obsequió con repetir). Para beber cerveza y tintos de verano.

El pan es francamente bueno buena cocción, miga ajustada, buen tamaño y una cantidad de relleno muy destacada. Hay mucha oferta de bocadillos y también opción de almuerzo con cuchillo y tenedor. Optamos por el clásico en bocadillo:

. figatells x 2: verdaderamente se trata de figatells clásicos (carne magra de cerdo, papada, hígado y especias) pero con un sabor de 10; se complementa con cebolla pochada y se tapa todo con lonchas de queso que con el calor en parte se funden. Sobresaliente por el figatell.

. carne de caballo x 2: carne de caballo troceada con bacon cebolla pochada y patatas a lo pobre. También buena materia prima y bien cubierto también con lonchas de queso. Notable alto.

El tema de los cremaets aquí es un mundo aparte; no es el café después de comer, Raúl nos hace vibrar: en primer lugar un cremaet con el primer premio en el único concurso celebrado hasta ahora, con un cremaet clásico de ron y que yo también hubiera votad como el mejor probado; tiene buena cantidad de café y sobre todo de ron porque lo sirve en un vasito especial y más alto consiguiendo los 4 colores (de arriba a bajo: solo ron, mezcla, solo café y remata la espuma de café) distribuidos en capas separadas; los granitos de café la canela y el trocito de corteza de limón están pero no son protagonistas. Un arte al que se añade un fantástico sabor.

Pero.... no solo hay clasicismo también hay creatividad en esto de los cremaets y aquí ya explota la maestría. Probamos los cuatro diferentes (uno cada uno) y además nos obsequió con el nuevo "cremaet navideño" fuera de carta y aún sin ser oficial, del que solo diré que lleva como elemento diferenciador galleta navideña de jengibre. Los otros fueron, hasta donde se puede contar sus ingredientes (algo de secreto hay incluido):

. gloton´s club: con Tía María y picardía; sorprendente.

. barraquito: con Licor 43 y leche condensada; muy golosón.

. los 4 magníficos: con Licor 43, Tía María y mucha fantasía; en homenaje a un grupo de sufridores del almuerzo.

. picantet: con guindilla, whisky y un toque de nata. Me quedé con la originalidad de éste.

Solo por ello ya merece la pena estar allí. Si estuviera cerca de casa sería una perdición.