Como en Taiwan

Uno de esos locales de extraña y lejana zona (no me atrevo a decir país) que además está codo con codo con otros locales chinos en buena armonía. El local es de los que no entras si no te empujan porque es tipo tubo pero más estrecho de lo habitual con pocas mesas a la entrada, la cocina en medio del pasillo que accede a un pequeño cuadrado lleno de mesas, unas de madera y otras de terraza, para intentar completar un aforo de poco más de 20 plazas apretadas: poco iluminado con mantel individual de papel como la mini servilleta para toda la comida, mesas sillas copas platos y cubiertos de batalla, pero... en los que el único no oriental (supongo que todos chinos porque estamos en la chinatown de la ciudad) soy yo por lo que me miran con curiosidad; luego llegaron una familia española que, por la expresión, son clientes habituales; aún así me quede como el único no utilizador de palillos.

Muy auténtico todo, amabilidad oriental que parece sumisión, buen conocimiento de los platos y de explicaciones (creo que solo hay una carta en chino con traducción al castellano) en folio sobre tabla de madera que incluye comida y bebida; del tema líquido había que probar la cerveza de allá: Tshingtao, que resultó ligera y con más rapidez de pérdida de gas que las nuestras, desconozco su graduación porque está toda la información en chino, pero que merece la pena probar; destacar que la sirvieron con jarra enfriada.

Para comer, allí (y en general en el oriente lejano: Corea, Vietnam..) son muy de raciones pequeñas o de plato único (basta ver sus siluetas) como pude comprobar in situ hasta extremos insospechados. Aquí el plato se llama Bento y hay con muy diferentes ingredientes aunque no cambia el precio (salvo el vegetariano, lógicamente) siendo la recomendación el:

. bento de la casa: plato hondo seco y bien cumplido de diferentes ingredientes que combinan bien y acaban llenando más de lo que esperabas inicialmente. En este caso lleva turóu, un arroz especial de la casa, verduras del día (incluidas -salvo que las excuses- las verduras de más de 10.000 km) como la pak choi, más huevo cocido (anuncian medio, pero ponen uno), que tampoco da el aspecto del nuestro siendo más oscuro pero que debe estar cocido en algo de caldo porque sabe y tiene color de ello. Lleva panceta guisada a tiras que es -la carne- lo que más suele cambiar de un bento a otro.

Todo estaba sabroso, bien cocido (más al dente que en exceso) con un pequeño cuenco de salsa picante y cacahuetes triturados, muy poco picante, para añadir al gusto y que le va bien. Aquí no hay entrantes ni salientes (postres) son todo platos principales, así que no me atreví a otro plato para que no me llamaran la atención pero sobre todo porque no hubiera podido con él. No ofrecieron café aunque sí habían diferentes infusiones en la carta, pero no es mi guerra.

Una cocina sorprendente en un lugar para no llevar invitados pero que es lo que hay por el mundo.

  • bento

    bento

  • cerveza

    cerveza

  • carta

    carta

  • interior

    interior

  • exterior

    exterior

  1. #1

    Joan Thomas

    Por lo que cuentas muy auténtico y a un precio baratísimo, cuyo único atractivo me parece que en este caso no es otro que descubrir lo que te ponen en el plato. Te veo en un momento de descubrimiento de cocinas exoticas en Valencia, esto predice una nueva guía... ;-)
    Saludos

  2. #2

    Abreunvinito

    en respuesta a Joan Thomas
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    Estaría bien esa guía... Me pongo a ello en cuanto lea la tuya (jeje)
    Saludos

  3. #3

    Socdesitges

    Es lo que se van a encontrar las nuevas generaciones y a lo que ya se van acostumbrando, yo me quedo con nuestra cocina de toda la vida.
    Un saludo

  4. #4

    Abreunvinito

    en respuesta a Socdesitges
    Ver mensaje de Socdesitges

    Efectivamente: se llama globalización y avanza para bien o para mal, pero imparable.
    Saludos

  5. #5

    Letroncio

    No me dirijo a nadie en concreto, que nadie se ofenda.Tomároslo con sorna.

    Quiero tocar algunos palos, de nuestra sagrada tradición culinaria y de la maldita globalización.

    Adoro esa cocina española tradicional de toda la vida, que usa con frecuencia el pimiento, el pimentón, la patata, las judías o alubias. Qué decir de esos productos tan valencianos como los cacahuetes, el arroz o las naranjas. O el café, bebida que ha existido siempre en nuestros hogares.

  6. #6

    Abreunvinito

    en respuesta a Letroncio
    Ver mensaje de Letroncio

    Y que mal la vendemos fuera de España. En ese aspecto de vender fuera nuestra comida hay que mirar a los italianos capaces de estar en el centro de todas las ciudades, con mejor o peor comida, pero ahí están y creciendo.
    Eso también está dentro de la globalización. Lo malo (¿o no?) es que es imparable. Es lo que hay.
    Saludos

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