El entorno es precioso, tanto el pueblo de Villafranca, como toda la comarca del Bierzo, merece la pena visitarlo. El Parador no es de los mejores sitios para comer, pero la cocina es buena y la carta de vinos no está mal. Recomiendo los vinos de la zona y los pimientos en cualquiera de sus formas de cocinarlos.

Muy buen entorno y una tranquilidad admirable. El aparcamiento sin problemas, rodeado del recinto del Parador.
La comida, como en casi todo los Paradores, basada en los productos de la tierra. Es bastante caro para la calidad que ofrecen, sobre 40 € por persona sin vino. Las ofertas culinarias son flojitas.