En la salida de Valencia y muy cerca del Palacio de Congresos han crecido restaurantes de todo tipo, incluso inclasificable como éste, en lo que respecta a su decoración y filosofía. Origen, uno de los 4 locales temáticos del grupo que hay en la ciudad ha merecido un solete Repsol, se plantea una vuelta a los orígenes, una oda a la naturaleza con una decoración tan llamativa en su exterior como en su interior; fuera son todo cañas superpuestas con espacios irregulares para ventanas y puertas -no hay ninguna línea recta en la decoración-, amén de las mesas y espacios creados sobre la acera también buscando un aspecto polinésico/selvático. En el interior un espacio con mesas alrededor de una barra en U con una decoración digna de hacer fotos incluso a las sillas completando ese aspecto del exterior y con una distribución de mesas que permite cierto aislamiento y sensación de estar en la naturaleza; también dispone de una pequeña barra utilizable para comer cuando no hay mesas libres. Muy diferente con creatividad del artista fallero Pablo Ovejero.

Begin procede del tiempo de la pandemia (tiempo para pensar y resetear) de la unión del grupo Saona (Gonzalo) y del grupo Voltereta (sus hijos Gonzalo y Pablo más su amigo Carlos) más el amigo del padre, José Antonio, en Saona entrando ahora como socio. No todos fueron éxitos porque el primer local en el centro de la ciudad fue fallido.

El concepto en la gastronomía también es buscar que sea sostenible, orgánico, ecologista y de cercanía máxima de productos sin olvidar el bienestar animal. El servicio bien uniformado con materiales reciclados y sostenibles por Top Manta, es eficaz y cercano en su justa medida aún estando en pleno rodaje (abrió en julio). La salida de platos desde cocina mantiene un buen ritmo. Vajilla muy variada, casi toda hecha a mano, que complementa bien la comanda.

La carta por supuesto que mantiene esa filosofía y se distribuye en apartados tales como semillas (entrantes), brotes (ensaladas), raíz (proteinas), tallo (pizzas) y recolección (postres); las raciones son amplias lo que puede permitir a una pareja compartir 2-3 entrantes y una pizza; completa la oferta un menú de brunch (no almuerzo) por 13€. En la carta de bebidas aparte de las consabidas aguas y cervezas hay un apartado importante de destilados naturales, siendo el apartado de vinos bastante reducido (casi todos entre 12-25€) aunque muchos de ellos en opciones por copas. Hoy me limitaré (hay que conducir) a un botellín de cerveza Águila Dorada.

Para comer:

. coca de la terreta: coca artesanal de longaniza y morcilla con crema de queso camembert y pico de gallo fresco. Buena ración, buena materia prima y buena base con una cocción perfecta. Muy bien.

. pizza de lacón y burrata de Puglia: sobre una base de tomate hecha de forma artesana, burrata de Puglia, scarmoza y un toque de trufa. Sin exceso de ingredientes consigue una auténtica pizza napolitana. Tamaño de mejor compartir con la pareja, lo que mejorará sin duda el precio por persona. Muy bien.

. postre: ¿quién ha roto mi coco?: sobre una base a modo de medio coco, una muy buena cuajada de coco coronada con unos trocitos de piña natural caramelizada.

Un sitio para repetir en el interior y que, con la cercanía del palacio de congresos, habrá que reservar con antelación en fines de semana y congresos entre semana.