Fluctuante

No sentí mucha coherencia en el menú. Algo faltaba al final. El espacio me gustó , mesas con distintas orientaciones, sin mantel , pero espacio entre mesas , intimidad..Servicio joven , pero no puede salirse del guión , todo aprendido hace poco. En cualquier caso , amables , abiertos , educados y respetuosos. Observo toda la dinámica de la cocina y el comedor. No está Adrián y se nota, el chef del día , no quiere saber mucho de lo que no va bien..Carta de vinos amplia, cara como es habitual por allí, con múltiples referencias de Mallorca..algo se puede pedir. La cocina fluctúa , hay platos que precisan revisión y ganar consistencia y coherencia como el caldo o la sopa , por llamarle de alguna forma , de calamar, sin sabor , desligado y disperso, con la alubia flotando, eso sí , de la zona , me dicen.Buenas ideas que precisan revisión . Luego pruebas unas lentejas caviar espectaculares con foie  gras , anguila y manzana que flipas. Tiene todo lo que no tiene el otro: consistencia, intensidad, impacto , sabor… No salí contento , y desde el respeto intenté explicarme, pero costó mucho hablar .No estaba el jefe y se notaba mucho

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