Restaurante peruano relativamente nuevo en Valencia que ofrece una cocina tradicional y auténtica de este país que ha revolucionado la cocina sudamericana en los últimos 10 años. 

El local, bastante informal y sin demasiado atractivo, bajo mi punto de vista. La comida, buena pero sin chispa, a excepción de la causa limeña y del postre del pastel de 3 leches, que fueron los únicos plato que me dijeron algo. El cebiche (o ceviche), correcto sin más, le faltó fuerza y sobre todo trozos de pescado. Podían haber sido un poco más generosos, teniendo en cuenta el precio de la ración (15,5€). Lo prepara mejor una amiga mía peruana y, por supuesto, con más cantidad de pescado. La jalea de calamar con exceso de rebozado y de nuevo ración escasa para el precio (si se plantean los platos para compartir, las raciones deberían de ser más abundantes... Más de lo mismo con los cócteles. El pisco de chicha (8,5€) tenía un 70% de espuma y el resto se acababa de 2 o 3 tragos. Estaba bueno, eso sí.
Respecto al servicio, pues... la camarera muy simpática pero excesivamente histriónica, a parte que en muchos momentos no entendíamos muy bien lo que decía.
En definitiva, un sitio que en mi opinión, debería de mejorar en muchos aspectos, sobre todo teniendo en cuenta el baremo actual de la gastronomía valenciana.
Un saludo