De toda la vida

Un clásico de la carretera a Madrid (antes de existir la autovía) con un amplio aparcamiento y que aún se llena a medio día con gente local y gente de paso que se desvía, muy poco, para seguir comiendo en Casa La Abuela. Por cierto que hay otra con el mismo nombre unos pocos kilómetros más adelante en Caudete de las Fuentes.

El local es amplio con una ancha barra a la entrada y la cocina detrás y el comedor se dispone en 3 filas de mesas, casi todas con 1 ó 2 personas. Unas buenas cristaleras permiten entrada de luz natural. El servicio cumple sin alardes. Las mesas con manteles de resina y cubiertos y copas de batalla; sillas de aceptable comodidad.

La carta de comidas es amplia, tiene menús del día, incluidos los festivos (con precios diferentes) y la carta propiamente dicha con entrantes y principales (muy dedicados a carnes) y postres con cierta variedad; para la noche hay pizzas y por la mañana almuerzos. La carta de vinos contiene unas pocas representaciones de cada, quedándose en exclusiva con producto de la zona.

Dos para comer. Un cestillo de pan básico, una botella de vino de la casa y refresco de limón para autoprepararte el tinto de verano. Lo elegido:

. guiso de carne: guiso de carne (garreta?) con verduras y patatas que se nota que lleva tiempo de cocción. Cumple.

. potaje de garbanzos: también un guiso pero esta vez con garbanzos y verduras y alguna patata. Cumple.

. embutido de la zona x 2: bien presentado con patatas fritas y tomate frito. Tres piezas de calidad correcta.

. natillas: receta casera con su galleta María. Bien.

Unos cafés correctos y a la carretera, mientras sigue entrando gente a comer.