Dentro del centro comercial las opciones gastronómicas

nunca han sido destacables (salvo, en su momento Nómada de Begoña Rodrigo -La Salita-) con lo que ahora no hay escapatoria, así que hay que atenerse a un clásico como Vips lo es en Valencia, para un almuerzo como excusa para descansar los pies y la Visa al menos un ratito.

Aquí no hay bocadillos, pero la alternativa fue:

. VIPS Club de salmón: 4 triángulos de pan de cereales y semillas y bien de relleno de un buen salmón ahumado noruego acompañado de aguacate, cebolla roja, lechuga, mahonesa, salsa mostaza y miel. La verdad es que llena y sabe bien, pero me falta ese crujir del bocadillo, ese alioli y esa carne de caballo a la brasa con patatas panaderas... Pero a donde fueres, haz lo que vieres, sobre todo si no hay alternativa clásica.

Para beber un tinto de verano y un café porque aquí no saben de cacahuetes, aceitunas y menos de cremaets. Esto es territorio comanche.