Cerca de la A3 y en horario de "esmorzar" quizás sea de los mejores sitios para hacerlo; merece la pena el desvío. También en horario de comidas destacando la parte de carnes y embutidos a la brasa parece ser una buena opción atenor de su carta de comidas.

Para el almuerzo hay que ir pronto porque a partir de las 10 se hace casi imposible tener mesa siendo el 99% de clientes habituales que incluso parecen tener sus mesas asignadas. El local es pequeño con una barra al fondo y un comedor amplio y bien iluminado por ventanales; en un lateral da acceso a otro comedor más pequeño y apretado, menos ventilado y con la salida desde cocina. Las mesas y sillas son correctas; el resto propio de lo que se espera.

Para almorzar, una vez en la mesa te dictan las opciones y la verdad es que lamentas que esté tan lejos de casa por lo que habrá que aprovechar algún otro viaje hacia Madrid para hacer otras paradas.

Elegimos para beber el clásico vino tinto de la casa con gaseosa más una de agua sin gas, y nos llamó la atención que la mayoría de mesas lo que tenía era vino clarete; en la parte sólida:

. tortilla de espinacas con longaniza a la brasa: referido como muy notable

. blanco y negro con panceta a la brasa: embutido de la zona y brasas son combinación para no fallar; añadí un toque de allioli. Recomendable.

. calamarcitos en su tinta: en plato media ración que vimos pasar como almuerzo y no pudimos resistir la tentación.

UNos buenos carajillos finales y unas buenas aceitunas y cacahuetes con corteza al inicio, completaron la experiencia. Un lugar que cualquier "esmorzador" debería conocer.