No soy muy aficionado a colgar valoraciones de restaurantes y no sé por qué la verdad, pero cuando pienso que alguno se lo merece me animo. Éste es el caso. Lo conozco desde hace unos tres años (creo) y realmente es un sitio al que intento ir varias veces durante el poco tiempo que dispongo de vacaciones en Verano y en Navidad. Pero vayamos al asunto.
EL LOCAL: Ubicado en el centro de Benicassim encontramos La Suculenta. Entrada muy acogedora, tan solo llegas puedes ver al frente un espacio más informal, al fondo mesas más vestidas y a la izquierda una barra y la amplia cocina. Puede dar de comer a 180 personas. Iluminación espectacular, grandes vidrieras que proporcionan luz natural a rebosar. Bastantes detallitos en su decoración, muy cuco todo.
EL CHEF: Mención especial al Chef Jorge Lengua, 26 añitos y al cual cito textual "La guía 55 Mejores Restaurantes de la Comunitat Valenciana, publicada por sexto año por el periódico Levante-EMV y Prensa Ibérica, ha coronado como el joven chef con más futuro a nivel autonómico. "https://www.elperiodicomediterraneo.com/ocio/gastronomia/2021/12/18/eligen-chef-castellon-mayor-promesa-60800659.html". Personalmente me parece un gran tipo, afable, cercano y sobre todo, emocionado con todo lo que hace, se le nota en su expresión, en todas y cada una de las explicaciones que tenemos la suerte de escuchar de su boca acerca de sus propias creaciones (cuando tiene tiempo claro ):). Grandioso futuro le auguro.
LA COMIDA: He estado en innumerables ocasiones, pero voy a comentar una en concreto en la que éramos cuatro muy buenos amigos y uno de ellos, el gran Pepe, muy cercano a Jorge, le avisó para que nos cocinara algo especial. Nos preparó 10 platos salados y 2 postres, ahí es nada, así que paso a comentar.
Primero: Empezó con una sinfonía de tomates ecológicos (de "penjar" mala cara, green cebra, ciruela verde, cherry bombilla, corazón de toro, rosa, black California y Gran sol) con cabeza de jabalí fundida. Espectacular combinación entre los sabores ácidos y semi-cítricos de los tomates, a cuál más sabroso, con las notas especiadas, cárnicas y grasas de esa lámina de cabeza de jabalí que nos fundió delante nuestro. Para babear...
Nos comenta Jorge que ahora nos va a servir varios platos de túnidos, de atún rojo y de bonito, ya que es temporada y esta misma mañana en el mercado se le han ocurrido algunas ideas que quiso experimentar en nuestra mesa, lo cual le agradecemos siempre, por supuesto.
Segundo: Dúo de túnidos al desnudo. El lomo de atún rojo aliñado con pieles de naranja confitadas, aceite de oliva virgen y cebollino, y el bonito con el jugo de limón encurtido al estilo marroquí y pimiento verde. Nos explica cómo elabora el limón encurtido (auténtico) y además la diferencia de texturas, el atún más recio, el bonito más graso, y en efecto así lo experimentamos. Gran plato, simple, pero con pesca del día (y de temporada), de primerísima calidad, y con unos aliños caseros estratosféricos.
De tercero nos sorprende con una "parpatana" de atún a la andaluza con salsa tártara y guindillitas. Nos explica que es una parte sabrosísima del atún, la continuación carnosa de la aleta de un atún en este caso de 8 Kgs, que no se vende habitualmente por su limitada disponibilidad, pero que nos lo sirve como curiosidad y delicatessen, una para cada dos, no hay más ):. También nos indica que posee una parte más carnosa (lomo) y una parte más grasa (ventresca) dentro de la misma parpatana. Alucinante y sabrosísimo bocado, para deleitarse y disfrutar de algo tan inusual. La presentación espectacular, con las aletas "tiesas", visualmente precioso.
De cuarto plato (podría ser parte del tercero), nos saca unos pinchitos del corazón y del hígado del atún. Nos indica que el hígado es tan graso que apenas le dio tiempo a cocinarlo, se deshacía en la plancha en un segundo... Curiosa tapita de nuevo.
Quinto: Un Tarantelo de atún rojo. Nos explica que es una parte debajo del lomo, que no es ventresca ni lomo, parte semi-grasa del atún. Marcado a la brasa, con una salsa barbacoa, una emulsión de ajos asados con miso y miel, sobre una base de cuscús. De nuevo una parte del atún desconocida pero muy sabrosa, un híbrido entre lo magro y lo graso, pero delicado y en su punto justo de cocción, manteniendo jugosidad y textura. Otra sorpresa más... brutal!!
Sexto: Ventresca de bonito sobre salsa de soja caramelizada y tomate. Con una textura grasosita espectacular, se deshacía en la boca, con ese contrapunto salado y dulce del atún y la soja caramelizada, fantástica combinación de nuevo.
Y hasta aquí la aventura con los túnidos... Qué experiencia más auténtica amigos.
Séptimo y octavo: Ostras rebozadas y como nos indica nuestro chef, con su mejor maridaje posible, un gazpachuelo con agua de las mismas ostras. Gran idea, bocadito de ostra rebozada, jugosita por dentro y crujiente por fuera, para mojar en el gazpachuelo servido en conchas de ostras por supuesto. Increíbles sabores marinos y salinos, el mar en nuestra boca.
Noveno: Un espectacular lomo de bacalao confitado sobre un parmentier, con una base de callos de cerdo, pata y morro, picaditos muy finos, con ralladura de piel de limón y brotes de guisante. Transición entre los pescados y la carne, acertadísimo. Para mí el mejor plato del día. Un mar y montaña absolutamente equilibrado, todo deshuesado, de texturas alucinantes, melositas y cremosas, un contraste de lo más conseguido. Me quito el sombrero Jorge, ¡¡Chapeau!!.
Décimo: Cuello de cordero cocinado a 65° durante 24 hrs glaseado sobre su propio jugo. Grandioso sabor y de nuevo texturas en boca grandiosas, una exquisitez.
LOS POSTRES: Undécimo: Tarta de queso azul y cobertura de mermelada de albaricoque. Un clásico en La Suculenta, delicioso, con los sabores del queso azul atenuados, elegantes, perfectamente equilibrados con el dulzor de esa confitura. Entre lo tradicional y la innovación, una vez más...
Duodécimo: Un curioso helado de haba tonka y brownies. Nos cuenta Jorge que el haba tonka es como una especia que le recuerda a algo intermedio entre la canela y la nuez moscada, originaria de las Antillas y partes del Amazonas. Fantástico sabor el del helado con los exóticos aromas especiados comentados, exquisitamente armonizados con el puntito de cacao del brownie.
Y para terminar, un increíble carajillo quemado de ron negro y un Glenrothes 12 con su agüita con gas aparte. Buen remate final de una pantagruélica, espectacular e inolvidable comida con mis grandes amigos Antonio, Pepe y Felipe e inmejorablemente acompañados durante toda la velada por las detalladas explicaciones del gran Jorge.
LA BEBIDA: Con una carta con más de 90 referencias, es un placer poder rebuscar y encontrar vinos que no había probado nunca. Me permiten elegir y optamos por los siguientes: Empezamos el viaje en la Comunidad Valenciana, con un vino de una variedad casi extinguida, la merseguera, un Flor de Ahillas blanco 2019. Acompañó la ensalada de tomate, el dúo de túnidos, la parpatana y la tapita de corazón e hígado del mismo atún. Después viajamos al Atlántico y nos pasamos a otro vino blanco, Agoreira 2021, D.O. Valdeorras, un monovarietal de Godello plantado en las laderas del río Sil. Nos lo tomamos con el tarantelo de atún rojo, con la ventresca de bonito y con el dúo de ostras, rebozadas y en salmorejo. Fabuloso maridaje el de ambos blancos. Y para terminar nos desplazamos hasta el Cantábrico y nos pedimos un Ultreia mencía 2018 (una de las creaciones del gran Raúl Pérez en el Bierzo), junto con el bacalao confitado sobre callos ibéricos, y con el cuello de cordero guisado a baja temperatura. La frutosidad de la fresca mencía desgrasó y resaltó fantásticamente los matices cárnicos y grasos de ambos platos.
EL SERVICIO: Una maravilla, atentos en todo momento con la bebida, cambiando platos y cubiertos, simpáticos en todos y cada uno de los acercamientos, y por supuesto, con la extraordinaria fortuna de que Jorge nos explicase a detalle cada uno de los platos. Si hay que poner algún pero, no es al servicio, quizá sea a la mantelería, pero nada importante. Sensación de haber estado bien atendidos en todo momento. Además, lo hicimos largo en la sobremesa y nos aguantaron sin malas caras, todo lo contrario, rostros sonrientes en todo momento, qué gozada!!
La RCP fue fabulosa, salimos por algo menos de 70 euros por persona, pero con 12 platos, tres vinos, carajillo y whisky... excelente RCP, sin ninguna duda. Por supuesto se puede comer por mucho menos...
Recomendable restaurante, no dejéis de visitarlo, y si podéis, dejaros sorprender... es un auténtico espectáculo. Por último felicitar a Jorge y a todo su equipo, gente joven, agradable, trabajadora y entusiasta. Fórmula perfecta para el éxito.
Salud-os!!
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