Por encargo

Tras la anterior visita nos quedamos con la copla de que se podía almorzar por encargo platos de cuchara y mojar pan, así que había que probar.

De nuevo grupo de sufridos "esmorzaors", y con encargo previo de allipebre para 4, que había para 6 y tuvimos que afrontar entre 3. Si hay que sufrir, se sufre. Pudimos con ello, a base de empujar con pan mojado en el caldo.

El allipebre con perfecto punto de la patata cocida y que debió engañar al cocinero porque la anguila estaba demasiado al dente; seguramente el menor tamaño de las patatas hizo que se cocieran con prontitud, dejando la anguila algo tirante. De sabor perfecta con un punto de picante que parecía bajo pero conforme avanzabas en el plato, se hacía más presente.

Por supuesto había sobre la mesa los consabidos cacahuetes con corteza y unas aceitunas de correcto nival.

Para beber un par de cervezas, el clásico vino con gaseosa, 3 cremaets y una copa de brandy. Invitación de la casa a unos chupitos finales.

El precio nos sorprendió porque en otros lares aunque este tipo de opción para almuerzo pueda quedar fuera del precio básico habitual, no había nunca llegado al precio de un plato de restaurante (13€/ración) ni se nos avisó previamente.