Comienzo por la excelencia, la sopa de cangrejo y txistorra. Una sopa densa, plena de sabor, deliciosa, equilibrada , difícil y original. Un plato que marca la diferencia en un menú A-8 (65 e.), más rápido porque es más corto que el N-634( 82 e.), con más opciones y por lo tanto más largo. Islares , es un nuevo proyecto que espero que triunfe y al que merece la pena apoyar. Hay cocina, experiencia y mucha ilusión. El menú es un recorrido gastronómico por algunos productos de la cornisa cantábrica. Una idea original basada en la calidad del propio producto y la sabiduría culinaria de Julen. La carta de vinos trata de seguir al menú geográficamente hablando. Vinos naturales , no excesivos con poca preferencia por lo clásico y la barrica. Buen servicio del vino , se presta atención , se cuida al mismo y se le permite cierta relevancia. Servicio joven , algo inexperto , pero perfectamente controlado y organizado por el chef omnipresente, como debe ser. El local es pequeño , pero cómodo , con espacio suficiente y situado enfrente del museo. Buena impresión gastronómica. Cocina de nivel , creo que con margen de mejora ( lleva poco más de un mes funcionando). Cocina con la personalidad que imprime su cocinero. Merece la pena. Animo Julen¡¡. Ojalá triunfes..
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