Recuerdo con agrado y una cierta nostalgia el restaurante Garbet, situado en la playa del mismo nombre, entre Llançà y Colera. En un paraje único, con un buen servicio, buena cocina, su “puesta en escena” permitía disfrutar de unas recordadas cenas. Todo tiene su final. En la zona Santa Llucia me recuerda algo Garbet. Restaurante a pie de la playa de la Almadrava con mesas en su interior y una amplia terraza. Cenas delante del mar, con los pies casi en la arena y con una luz tenue que te permite disfrutar de bonitas noches.

Carta típica marinera, de proximidad, arroces y “fideuà”, pescados a la plancha o al horno, marisco, opciones de picoteo, servicio joven que no desentona, …

En esta ocasión compartimos unos regulares calamares a la romana, unas cigalas frescas de buen tamaño y excelente calidad hervidas con agua de mar y un rodaballo al horno con patatas muy bien cocinado. Postres caseros y suficiente carta de vinos a precios adecuados. En esta ocasión escogimos un 30.70 de Hugas de Batlle, blanco de l’Empordà con garnacha blanca y moscatel de Alejandría que nos gusta mucho.

En resumen, en un entorno con excelentes competidores como Cal Campaner o Rafa’s este restaurante es un muy buena opción para cocina marinera y de proximidad con la cercanía de lujo de la playa y el mar.