Para nostálgicos

Hace unos meses leí un artículo del restaurante Racó d’en Binu y recordé que lo visité en 3 o 4 ocasiones en los ochenta, hace solo 35 años o más. En aquellos tiempos era un restaurante referente de la cocina francesa, de un estilo de cocina que hoy es difícil de encontrar al menos en mi entorno y en los restaurantes que visito y que tuvo su reconocimiento con 2 estrellas Michelin si no estoy equivocado. Será porque han cambiado los estilos y las tendencias gastronómicas en la actualidad.

Pero lo cierto es que el artículo que leí me llamó la atención y me hizo gracia volver.

Llamamos para reservar una cena entre semana y tuvimos algunas dificultades porque nos decían que estaba lleno. Finalmente encontramos día y éramos 2 mesas, una de 4 y la nuestra de 2. Nos quedó la duda de posibles dificultades en reservas de noche entre semana.

El comedor me pareció el mismo que en mis anteriores visitas. Es atendido por la propietaria, un teórico maitre y una camarera. Estos 2 últimos no parecen ser profesionales con mucha experiencia en el sector.

Tienen la opción carta, con platos emblemáticos de la cocina afrancesada de antaño a precios altos (los segundos están por encima de los 30€) y 2 menús, el degustación y el 50 aniversario, ambos sobre los 90€ más IVA, uno con cava y el otro con las bebidas no incluidas.

Nos decantamos por el menú 50 aniversario y nos dicen que solo es por encargo, lo que no nos avanzaron al hacer la reserva. Escogimos el degustación, con 4 entrantes, un pescado, una carne y 2 postres.

Nos trajeron unos aperitivos, un hojaldre de sobrasada y unas mini tostas holandesas. Los entrantes un foie de la casa, una ensalada de langostinos, un hojaldre con pimientos rojos y el famoso gratinado de erizos. En general bien los 4 con un buen hojaldre crujiente y muy sabroso el pimiento con la cebolla caramelizada. Una lubina en papillote correcta y el filete Francesc tierno y en su punto. 

Los postres, un soufflé de naranja glacé muy bueno y una tarta de hojaldre rellena de crema, en lugar del pastel de manzana que indicaba el menú.

Como resumen, en primer lugar volví a recuerdos de muchos años atrás, en un estilo de cocina que tenía ciertamente olvidado y, que pienso, no es el predominante en estos momentos. Prefiero una cocina más fresca, más sencilla, con menos participación de mantequillas y cremas de leche. 

En segundo lugar debe reconocer el dominio de los hojaldres y de algunos platos como el soufflé o el crep Suzette que Francina prepara delante de los comensales.

Y en tercer lugar un lugar ideal para nostálgicos de la cocina de los ochenta con propuestas muy difíciles de encontrar actualmente y con precios algo elevados. 

  1. #1

    Socdesitges

    Estoy totalmente de acuerdo contigo, lugar para nostálgicos que sigue fiel a su idea de cocina, que a día de hoy al menos para mí está desfasada.
    Un saludo

  2. #2

    Galenus

    en respuesta a Socdesitges
    Ver mensaje de Socdesitges

    Efectivamente, pero reconozco una muy buena técnica en alguna elaboraciones como los hojaldres y el soufflé.

  3. #3

    Francescf

    Ho vaig mirar per anar amb la família. Em feia gràcia que els nens tastessin el menjar de moda quan jo tenia la seva edat. Però vaig mirar una mica per internet i ho vaig deixar córrer, en part degut al preu.

  4. #4

    Galenus

    en respuesta a Francescf
    Ver mensaje de Francescf

    Entenc i comparteixo el teu comentari. Els preus són elevats, amb una relació qualitat - preu descompensada.

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