Local de carretera que además de comidas y cenas tiene buenas opciones de almuerzos y eso en estos momentos para un valenciano es una comida que no se perdona, mucho más si estás en la carretera ya más de 3 horas.

No tiene nada diferenciador en su planteamiento más allá que está en una área junto a la carretera con un restaurante más grande del que le separa la gasolinera correspondiente. Entramos en éste dado la imposibilidad física de entrar en el anterior. Mesas y sillas esperables, amplia barra y en la pared una lista de opciones de almuerzos fríos y calientes, además de múltiples raciones al plato. 

Lo elegido:

. bocadillo de tortilla de patatas y anchoas: pan rústico correcto de abundante miga, tortilla de altura (ver foto) que hacía difícil poderla abarcar en un bocado. En la base una apretada alineación de anchoas que daban jugosidad al pan. Ración amplia.

Aquí aún no conocen el cremaet, pero sí un buen cortado para después de que la cerveza facilitara el paso de la buena pieza de almuerzo. Una recomendación si no eres de almuerzo de bocadillo (o el horario no es adecuado), haz como mi acompañante: un enorme donut del horno del pueblo: insuperable.