Hasta que un conocido me recomendó este restaurante nunca se me había ocurrido reparar en él, por su nombre siempre había pensado que era un de estos restaurantes de comida típica catalana, las mesas con manteles a cuadros rojo y blancos o azules y blancos, estaba muy equivocado, mesas amplias vestidas con mantel blanco, buena loza y copas de vino mejorables

Desde sus inicios hace ya más de veinticinco años no ha cambiado su oferta viene ofreciendo pescado y marisco de la lonja de Roses.

La carta es orientativa y sirve únicamente para hacerse una idea de los precios, puesto que la oferta depende de las capturas que hayan obtenido las barcas que faenan en la zona y que canta personalmente el chef a la vez que presenta en una bandeja las piezas que tiene para cocinar, rapes, lenguados, doradas, lubinas, roms (rodaballos), cigalas, langostas…. A la vez que propone los entrantes, calamares a la romana, canaillas, almejas, gambas, tallarinas etc

Antes de que el chef viniera a la mesa nos sirvieron a modo de aperitivo aceitunas y boquerones en vinagre

Nos decidimos por compartir los primeros

-Calamares a la romana, ración abundante, tiernos y con un buen rebozado

-Sepionas a la plancha, espectaculares

Como plato principal elegimos un rom (rodaballo) de 900 gramos y ante diferentes propuestas para cocinarlo optamos por que nos lo hicieran a la donostiarra con un buen refrito de ajos, excelente punto de cocción nos fue presentado en la bandeja de hornearlo y troceado y emplatado en la mesa

No tomamos postre puesto que la carta no era en absoluto atractiva.

La carta de vinos con muy pocas referencias y con precios bastante hinchados, optamos por un albariño de la D.O. Rias Baixas elaborado en la población de O Rosal (Pontevedra) por la sociedad La Rioja Alta S. A. que maridó perfectamente con los pescados, tomamos también una botella de agua de ½ litro,

Terminamos con dos cafés la camarera nos ofreció unos digestivos, pedí un chupito de orujo de hierbas, dejó la botellla en la mesa y me sirvió uno más.

El aperitivo, los cafés y los chupitos fueron invitación de la casa tal como consta en el ticket.

El servicio corre a cargo del chef y de su esposa que podrían esforzarse un poco en ser algo más empáticos con la clientela.

El precio acorde a la calidad del producto.

Un restaurante que sin duda recomendaré, aunque personalmente me quedo con otro restaurante de la misma población con el mismo tipo de cocina y donde me siento más a gusto.