En un lado de una amplia plaza de la población abre sus puertas este clásico bar/restaurante que dispone de unas soleadas mesas a modo de terraza en la plaza, más el local interior, no muy amplio para lo que los clientes demandan. Lleno de gente lugareña (se hace difícil venir adrede salvo para locos del esmorzar popular) con una atención amable, cercana, facilitadora de todo que tiene como misión que disfrute de estar allí: eso ya lo vale todo.

Manteles de papel, copas, vasos, etc, lo propio de estos lugares; tuvimos suerte con una mesa cerca de la puerta (no en la corriente de aire) amplia, sillas cómodas. No hay bandejas de comida en la barra (destinada solo a servicios) sino una carta plastificada para los almuerzos con una descripción de 6 bocadillos llamados especiales de la casa y luego una amplia relación de ingredientes para hacer el bocadillo a tu gusto; hay además, en los fines de semana, algo especial y unas cazuelas de manitas, anguilas, rabo, carrillada...si es que consigues mesa.

Del llamado "gasto" muy a destacar la calidad del cacahuete con corteza; de los mejores que he comido y sin duda la ración más generosa que me han puesto nunca. Pedimos vino y gaseosa y al menos ambos fueron de marca: la Señera, una gaseosa valenciana de toda la vida, y en el vino, Sierra Salinas, un coupage de bobal y tempranillo. Luego con el bocadillo vinieron unos pequeños cuencos individuales con aceitunas y encurtidos.

El pan, algo que tiene su máxima importancia en un esmorzar, también está bien cuidado, bien cocido, miga justa y esponjosa, tamaño notable (equivalente a algo más de media barra), corteza crujiente y con relleno abundante. Dentro habia:

. chipirón en su tinta a la plancha con pimientos y mahonesa: aceptamos la sugerencia de una mínima cantidad de la salsa para untar el pan y resultó perfecta; los chipirones enteros tiernos, jugosos y sabrosos; bien los pimientos verdes fritos. Muy bien.

. bocadillo de Rafa: contramuslo de pollo, bacon, cebolla pochada y salsa curry: si el dueño pone su nombre al bocadillo, tiene que estar buena. Y lo estaba. El pollo cortado en pequeños dados pasado bien de fuego para mantenerse jugoso, el bacon sin excesos de plancha pero con punto crujiente, bien la cebolla y notable la salsa con punto picante algo suave. Muy bien.

Unos cremaets (sin canela) bien preparados y a seguir camino. No es para hacerse 70 km, pero si vas a pasar por la zona probablemente no encuentres nada mejor. Un esmorzar muy rfecomendable.