Local en la zona de Benimaclet, de difícil aparcamiento, con horario propio de locales de barrio trabajador (de 6,30 a 1,30) excepto sábado (cierra después de comidas) y domingo (cierra todo el día). Tiene una zona interior pequeña, irregular con mesas ahora ya juntas pero con una terraza (cubierta en invierno) adosada al local y otra exterior, muy agradable, aprovechando una zona común vecinal que es un lujo en estos tiempos. Las mesas del interior son amplias de madera, sin mantel. Unas sillas altas para la barra más dedicada a facilitar la espera de mesa que a un servicio al uso.

El bar heredado de sus padres lo llevan dos hermanos Javi y Sara, con alguna ayuda extra externa y rivalizan en amabilidad y eficiencia, rentabilizando unas mesas que no dan abasto para la afluencia de clientes. En la barra hay bandejas de comida como si no hubiera un mañana, pero no solo de los clásicos rellenos del esmorzar popular, también algunos con un punto más de cocina más allá de la buena matera prima que incluye verduras de autocultivo. Conviene ir pronto para disfrutar de un amplio arsenal a tu disposición, pero aquí si vas tarde tampoco te quedarás con hambre porque la cocina no para desde antes de salir el sol hasta la madrugada siguiente.

Aparte de los almuerzos hay un menú de comida a buen precio y con platos también más allá de ,los macarrones, ensalada y pollo con patatas; aquí hay rabo de toro, arroz con bogavante.... según el día de la semana. Ahora toca esmorzar popular. El gasto no destaca: una buenas aceitunas, pero cacaos fritos y salados corrientes; la cerveza es Amstel y eso augura buen bocadillo: el Quart de Poblet a su estilo. Tomamos una cerveza, un agua sin gas y un par de vino (de la casa) y gaseosa.

Después de pasar hambre delante del mostrador con las bandejas y con graves dudas para elegir bajo la atenta mirada (y paciencia) de Javi, le dejamos encargados los almuerzos mientras buscamos mesa en la terraza cubierta:

. Quart de Poblet x 3, uno fue al plato y los otros bocadillos enteros: supremas de lomo al vino tinto con salsa de mistela cúrcuma y miel Solo lo probé (en cata ciega te parecería textura de carrillera), muy elegante, sabroso, fino y gustoso. Imprescindible.

. tortilla de patatas al plato: bien correcta, buena ración, jugosidad media. Cumple con el régimen, pero sin duda hay mejores opciones para salir a almorzar.

. plato de calamares a la andaluza: poco rebozados y sin gota de aceite, anillas finas. Bien.

Las raciones son el medio bocadillo (1/3 de barra) y el entero (1/2 de barra) de un buen pan de formato intermedio entre baguette y barra clásica, crujiente, sin exceso de miga. El relleno de los bocadillos bueno sin excesos. 

No puede faltar unos buenos cremaets que, por sugerencia, nos invitan a pasar al interior que ya se ha ido vaciando en parte, ya que fuera hace una primavierno de no quitarse los guantes ni para el bocadillo; ello nos permitió una sobremesa más larga de lo esperado y poder repetir un par de cremaets. Comentamos que se han quedado demasiados opciones por probar.... sin descartar una visita para comer.

.