Todo bien, nada mal, nada especial

Un lugar para almorzar y comer cualquier día y a cualquier hora con las características de local de barrio pero que ha conseguido ponerse en todas las listas de almuerzos. Tiene una habilitada pequeña terraza de mesas (máximo 3 comensales por mesa) en el exterior y a cubierto y un local con una buena barra frontal a la entrada y mesas en el interior con buena separación; si hay lleno se habilita una planta baja cercana a modo de comedor suplementario, donde estuvimos.

La decoración es sencilla, rústica pero hecha con gusto, mesas amplias con copas, cubiertos, vajilla sin filigranas. Amplia oferta de almuerzos (algunas peticiones llevan pequeños suplementos)con tamaños de bocadillos de medio (5,50€ un cuarto de barra), entero (6,50€ media barra) y masclet (barra entera) que casi duplica el precio del anterior (11€); el pan está mejor de lo que parece a primera vista y el relleno fue amplio; el estar el pan completamente abierto no facilita mucho el comerlo. Mucha oferta de tapas complementarias más bien propias del tapeo que del almuerzo.

El gasto es escaso: pequeños recipientes para unas pocas aceitunas y unos pocos cacaos tostados salados; la misma dosis para un cliente que para cuatro ¿?. El vino y gaseosa consiste en media copa de vino traída servida de la barra y a compartir una gaseosa de 500 ml para tres.

Elegimos:

. Copa del Mundo: tortilla de patatas con longanizas y alioli: bien la tortilla jugosa, punto de sal y cocción de la patata, longanizas básicas y suave la salsa. No hubo opción de cambio a blanco y negro por no tener morcillas (¡asombroso en un bar de almuerzos!). Aun así, bien.

. Tonel: calamares a la andaluza con mahonesa: referido como mejorable.

. 2 x TopMusafes 2.0: revuelto de sobrasada, cebolla pochada, jamón y queso: referido como muy bueno.

No pueden faltar los 3 cremaets (suplemento 0,50€) correctos sin más en el sabor aunque bien en la preparación; además un carajillo pedido de ron Negrita y acertado que no habían puesto ese ron, aunque nos anuncian que era mejor.

Posteriormente unos chupitos a elección y una segunda ronda de mistelas por cortesía de la casa. Mención aparte merece el servicio: si yo tuviera un local, me llevaría al camarero.