Situado en el hotel del mismo nombre , en cuadro maravilloso modernista de principio de Siglo XIX. Mesas amplias , con muy buena separacion y con vistas al jardin posterior de la vivienda y a las montañas del Pirineo. Existe otro comedor mas pequeño reservado para los no fumadores. Cuberteria, cristaleria , vajilla y manteleria de un muy buen nivel.
Cenamos el menu clasico , formado , como su nombre indica por platos emblematicos de este cocinero.
De apertivo de la casa nos sirvieron crema de calabaza con mucho sabor y una textura magnifica.
De primero, un plato realmente expectacular : Raviolis rellenos de foie con trufa y salsa de setas. Impresionantes, impresionante en sabor, impresionante en textura , impresionante en la conjuncion de los sabores. Plato de los que se recuerda porque con él se unen todos los ingredientes de la alta cocina que provocan en el comensal la felicidad. Los raviolis están en su justo punto de cocción y, al morderlos, estalla el contenido de foie mezclado con la salsa dando una sensacion dificil de explicar , pero plenamente satisfactoria. Se inunda de sabor.
De segundo, tomamos suquet de pesacdo con cogala, rape y atun. Otra vez hay que destacar la concentracion del caldo con un enorme sabor de mar . Cada cucharada es como adentrarte en el mar. Muy buena materia prima tanto la del pescado de base como la del acompañante, con especial mención al rape, prieto , duro y sabroso.
Como plato final , plato original y soberbio. Cigot de cordero. Plato que consistente en cordero desmigado mezclado con verduras y aceite. Descrito asi parece sencillo en su realización , pero lo difícil del plato es que, ademas, de la elevada calidad de la materia prima que lo componen, la ligazon entre sus ingredientes es conseguida por el aceite. Cuando se introduce un bocadao se distingue perfectamente los ingredientes por separado , pero despues, es el aceite el encargado de unir los sabores y juntarlos. Plato original tanto en su ideacion , en su presentacion como en su ejecucion.
Buenos postres con choclante y fresas de primera calidad
Servicio en sala simplemente perfecto. Atento, amable, profesional y predispuesto para hacer servir al comensal.
Muy buena carta de vinos con precios normales en un restaurante de este segmento . Excelente servicio de vino
En resumen, restaurante basado en una enorme calidad de la materia prima, a la cual se le trata con respeto, honradez , imaginacion y tecnica culinaria de gran altura. Esto unido a su servicio en sala , no puede dar lugar a otra cosa que un excelente restaurante
Precio es sin vinos
Estoy de acuerdo en los comentarios abajo reflejados pero no asi con la carta de vinos.¿Donde se ha visto que por abrir una botella,este com este,se haya de pagar el 50 % tanto este buena como mala? NI en la Tour d´Argent de Paris se les ocurririá cobrar por abrir una botella. !! Es escandaloso y denunciable !!! No volveré.
Restaurante de un magnifico hotel con su mismo nombre.
El ambiente es maravilloso, con todo tipo de atenciones y cuidado hasta el último detalle. La cocina está supervisada por Josep-Maria Boix del conocido "Boix de la Cerdanya", y se basa en los excelentes productos de la zona con unas buenas preparaciones, con ciertas tendencias innovadoras. Especialmente recomendable en mi opinión, las hamburguesas de pies de cerdo con salsa romescu a la menta y los más clásicos raviolis de setas y trufa.
El servicio del vino muy correcto, con una buena cristalería. La carta de vinos es magnífica, muy completa en general y en especial en cuanto a champagnes. La carta está fundamentalmente basado en referencias españolas y francesas. La gran sorpresa está en el apartado denominado "vinos antiguos", aquí nos encontramos con auténticas joyas riojanas de las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta.
El precio un poco caro, pero no desmesurado y es que la calidad hay que pagarla