Antiguo chalet en el paseo marítimo de Roses convertido en restaurante. Inicialmente con propuesta diferenciada entre la planta baja y primer piso pero creo que ahora tienen la misma carta. Arrancó con Pere Planagumà (16 años en Les Cols de Olot) de responsable de cocina, que lo dejó hace un par de años si no recuerdo mal.
A pesar de esta baja notable mantienen un excelente nivel de una propuesta delicada y de calidad.
Solicitamos mesa en el 1 piso. Comedor muy elegante, con mesas separadas y bien vestidas. Inmejorable vista de la bahía de Roses de día y de noche. Servicio joven, amable y profesional.
En esta ocasión compartimos unas croquetas del día y unos calamares a la romana de entrada. Las croquetas buenas y los calamares muy ricos (los aros de calamar gruesos y el rebozado fino y blando como me gusta).
De segundo un pulpo a la brasa y un sashimi de atún "Balfegó" ambos buenísimos y muy bien presentados (adjunto fotos).
De postres una cúpula de chocolate blanco con naranja correcto. Buen café.
Carta de vinos completa con buenas referencias de la DO Empordà. 
Precios quizás algo subidos pero valorando el local, servicio, gastronomía, vistas,... poca a decir.
En Roses se come muy bien en diversidad de estilos. Rom es una muy buena propuesta para una ocasión especial.
Y en verano disfrutaremos de las terrazas.