Restaurante El Rus en Barcelona
Restaurante El Rus
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
5.8
RCP CALIDAD-PRECIO
1.0
Opiniones de El Rus
OPINIONES
5

Éramos 8 personas, todas muy acostumbradas a ir a restaurantes. De hecho, entre todos, acumulamos una experiencia gastronómica más que importante. Alguien nos había recomendado este restaurante y decidimos probar suerte. El local es minúsculo. Se puede fumar, con lo que, dada la estrechez del recinto, puedes degustar sin problema alguno toda la gama de la tabacalera española. Es bueno llevarse una chaquetita, pues cuando el local está ya ocupado por la espesa niebla de los cigarrillos ponen en marcha una especie de bomba estractora y aire acondicionado que te hiela hasta las pestañas. El servicio es lento. Tuvimos que levantarnos hasta la barra para pedir unas cervezas mientras esperábamos (claro que de la mesa a la barra hay dos pasos, eso es verdad). Ni un detallito de la casa: unas olivitas por lo menos, un aceitito para mojar....El menú degustación cuesta según las guías unos 35 euros(lo que no te dicen es que los postres no entran). Son seis platos de una pasmosa vulgaridad: tatakis de atún y bacalao (de lo más normalito, pero, eso sí, en las microscópicas cantidades que exige la modernidad); una tapita de fideuá con un alioli por encima que parecía dos cucharadas de mahonesa de amarillo químico y que luego se deshacía en la boca...la he comido mejor hasta en las bodas; un risotto con bacalao y trufa (con un penetrante olor a butano); caramelos de Cabrales con higo: ¡oh, qué original!; unas delicias de pato para olvidar y un lomo de cerdo con habitas crudas vulgar vulgar vulgar, también para olvidar. Lo que no podremos olvidar durante bastante tiempo son los postres: un coulant de chocolate con una especie de blandiblup verde por encima sencillamente asqueroso, y una cucharada de papilla de manzana al horno con un inapreciable heladito de vainilla en lo alto...hacía mucho tiempo que no se veía algo tan desafortunado, ni siquiera mi cuñada que es una apasionada del chocolate se atrevió a intentarlo. El Ribera del Duero debía de ser de lejos de la Ribera, áspero a más no poder...además sólo tenían tres botellas y tuvimos que acabar con un vino distinto, que ya no podía ser Ribera sino Rioja....un desastre. Y todo ello por el módico precio de 680 euros. Espectacular. A un lado del Camp Nou hay un mundo sórdido y triste de travestidos que ejercen la prostitución. En el lado contrario encontramos un restaurante que prostituye el concepto de comida creativa y además abusa descaradamente. No se lo recomendaremos ni a nuestros peores enemigos.

Yo estuve en el rus en febrero comi un menu desgustacion que me aconsejo el chef y solo puedo agradecerle la maravillosa comida que disfrute. jaime me alegro por ti que todo te vaya bien sigue asi recomiendo a todo el mundo que se pase por alli.

Dos visitas. La primera no estuvo mal. La segunda hace una semana, correcta. Local pequeñísimo pero acogedor. El servicio corto pero muy amable y correcto. Rapidez, inexistente, tardan un poco en servir los platos, pero en general fueron satisfactorios. El servicio al vino es bueno, aunque tienen pocas referencias. Es un local de éxito por tratarse de pequeñas raciones (pruebas más cosas), "productos delicatesse" (aunque no tanto porque si te pones a mirar lo productos no son tan caros). En definitiva, un restaurante con vista de futuro pero limitado por el tamaño. Recomendable para visitar y probar...

Lo de siempre. Se empieza bien, se crea la expectación y... nos confiamos y dormimos en los laureles. La ultima visita a El Rus, con un compañero cocinero, para descubrirle un nuevo lugar: correcta, con tendencia a la decepción: ese atún sobre crujiente de...??? una lastima. Ni crujiente ni nada; además, la salsa de mostaza cubriendolo todo...!!! El solomillo de buey con foie... parecia una carne de refectorio de internado. Los caramelos de cabrales, gomosos. ¿Por qué esa facilidad en caer en la autocomplacencia? ¿Por qué la tendencia a no mantener un rigor en las cocciones y/o las presentaciones? Eso si, meduiodia de un viernes y el local lleno. Ticket medio, 50 € (con vino incluido)...

Lo mejor, el cava: Quercus, de Agustí Torelló. Siempre excelente.

Pequeña joya en el barrio de Las Corts de Barcelona, muy cerca del campo del Barcelona. Parquing muy cerca. Imprescindible la reserva. Su oferta de comida (cocina creativa) se basa en pequeñas porciones de deliciosos platos de carne y pescado, para compartir o no. Carta de vinos, corta, aunque con referencias interesantes, y precios correctos, por ser Barcelona. El servicio amable, aunque algo despistado. Un diez para los propietarios, que destacan por su afabilidad y eficacia. Un poster, único, cada día, debido al reducido tamaño de la cocina. Recomiendo la visita y guardar el secreto.

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