En la plaza del pescado y junto al mercado de pescadores con unas buenas mesas de terraza en el exterior y otras más de banco corrido que son una gozada junto al más pequeño canal de la ciudad, rodeado de pequeñas y antiguas casas de bonitos colores. El interior del local es muy pequeño con pequeñas mesas algo más juntas. Imprescindible reservar y ajustar los horarios de las reservas porque los platos se elaboran en el momento y tienen más de elaboración que sus vecinos restaurantes que se dedican más al producto con una mínima preparación y emplatado, así que el tetris ha de coincidir bien; vi rechazar comensales y luego más tarde aceptarlos para un segundo turno y aun así el ritmo de salida de platos desde cocina no fue muy rápido aunque tampoco de desespero, pero casi.

Mesas amplia en la terraza con mantel  y sobre el mantel individual, servilletas de papel tela, buenas copas, cubiertos y vasos normales; destaca la vajilla aunque muy poco variada, con buenas presentaciones especialmente algunas en copas grandes en vez de plato.

El servicio de sala y terraza no es muy cercano pero sí profesional con buenas explicaciones de los platos (insisten en cada servicio que su cocina es la más elaboradade la zona) sobre todo en los postres donde sí se nota la mano del chef. El servicio del vino habitual de dar a catar y primer servicio en copas. Tomamos Casa Americo Encruzado del Dâo (20€) y un par de aguas sin gas.

Para comer tomamos:

. a caldeirada do nosso Bairro x 2: caldeirada aveirense, 33 cl. presentados en una gran copa. Buena entrada en dias fríos que va más allá del caldito o sopas.

. o mercado volta ao Bairro x 3: arroz de tomate seco, crocanti de algas de la ría. Un buen arroz caldoso con diferentes texturas incluso con un aire muy decorativo. Recomendable.

. a brochecha à bairrada: baya confitada y glaseada en vino, puré de patata trufada, hongos silvestres y uvas caramelizadas muy bien presentado y referido como sabroso acierto.

. o encanto e a despedida: parfait de arroz dulce, chutney y helado de canela: una sucesión de pisos con los distintos elementos, bien de sabor y texturas pero algo inconexos.

. o bosque: se trata de un brownie de chocolate, compota de frambuesa, cítrico curdo y helado de eucalipto (2 bolas) puesto todo junto a modo de montaña como el anterior. Bien los elementos (sabrosos) por separado pero no hay hilo conductor.

. fruta laminada: selección de fruta pelada y cortada, abundante ración de piña, kiwi, melón, pera y unos pocos frutos rojos. Bien y más de lo esperado.

Veníamos de un tour por la ciudad y de probar en la calle Coimbras unos ovos moles en Confiteria Peixinho y un pastel de bacalhau en la Casa Portuguesa del pastel de bacalhau. Merecen la pena. Del mismo modo merece muy mucho la visita de la tarde y ver el atardecer en la ría d´Aveiro y Costa Nova con sus bonitas casas de colores. No nos atrevimos a imitar a los vecinos y probar cualquiera de lo que venden en una especie de kioskos a orillas de la ría (también en Aveiro), algunos medio vacíos y otro, el Zé da Tripa, con cola de más de 20 personas -algo especial debe tener sobre tododentre la gente joven-, pero es que ya habíamos renunciado a cenar en el mejor de cocina cretiva, Salpoente, y conformarnos con un picoteo. Nos ha faltado entrenamiento previo.