Prometedor

Conocíamos a David Morera de su paso por Coure de Albert Ventura y posteriormente por el desaparecido Hetta, justo delante de Coure. Haber estado con Albert puede ser una garantía como lo es el cercano Nairod de Rusty.
Me gustó el local, con acceso desde la calle a través de un par de peldaños. Reformado con gusto, iluminación cálida, cocina a la vista, mesas con mantel, bien separadas y sillas cómodas.
Escogimos platos para compartir. Croquetas para empezar, de pollo, muy ricas (aunque prefiero las del Coure), una ensaladilla rusa bien presentada y con atún preparado por ellos mismos del cual realizan su conserva y aprovechan el aceite para confeccionar la mayonesa, que le da buen sabor. Seguimos con un pescado frito acompañado de endivias, el plato más flojo para mí y cerramos con unos "macarras de l'àvia", plato de macarrones en recuerdo de la abuela de David con una increíble salsa de tomate que, al final de la cena, nos explicó como la prepara.
De postres un correcta propuesta de distintos chocolates.
Me sorprendió la carta de vinos, por desconocimiento de la mayoría de referencias y la responsable de sala nos recomendó un Sangarida Pico Tuerto Mencía 2019 que, pasados unos minutos de su apertura, nos gustó.
Relación calidad-precio en general muy buena.
Servicio de mesas próximo y correcto.
Un único pero fue que aún sentados empezaron a limpiar las mesas contiguas con productos de fuerte olor y solicitamos esperaran a nuestra salida.
Deseamos mucha suerte a David. Ha tomado una decisión valiente y seguro tendrá éxito pronto.