Un restaurante a tener en cuenta

Nueva cena en la península de O Grove, y esta vez en el restaurante Pan de Millo, donde habíamos reservado el domingo 22 de agosto a las 21h, entre otras cosas porque era uno de los pocos restaurantes, que parecía interesante, abierto el domingo por la noche cerca de nuestro alojamiento.

El restaurante, dotado de grandes ventanales, ofrece unas excelentes vistas de la Isla de la Toxa y de la ria de Arousa. El comedor es acogedor, bastante amplio, moderno y bien decorado,con las mesas bien vestidas, con buenos manteles de tela y bien separadas las unas de las otras, vajilla y cubertería contemporáneas y cristalería correcta. Dispone también de una terraza exterior en la calle.

Al frente de los fogones se encuentra la joven Chef Lorena Moldes, que hace una cocina basada en la tradición gallega pero puesta al día, la cocina es de temporada y de mercado elaborada con productos frescos de primera calidad. Disponen de su propio huerto.

Nos situaron en una mesa grande junto a uno de los ventanales, con buenas vistas, tal como solicité en mi reserva. El servicio de sala fue agradable y profesional y el servicio del vino efectuado por la misma persona también lo fue, este se ciñó al descorche, primera cata y primer servicio. No recuerdo muy bien el contenido de la carta de vinos pues me deje aconsejar.

Cenamos a la carta.

Primeramente tomamos un par de vermouths Petroni y nos ofrecieron como aperitivo para picar un salpicon de marisco, que estaba bueno.

Como entrantes,

Primero, compartimos en el centro de la mesa,

Wok de vieiras y camarones con verduritas. Muy rico, aunque habían muchas mas verduritas que vieiras y camarones, pero en si el plato estaba bueno.

Seguimos, en este caso individualmente con

Vieiras al horno. (1 para cada uno). Excelentes

y como plato principal compartimos.

Bogavante azul de la ria (1,05 Kg) a la sarten sobre un lecho de patatas chips caseras. Uno de los platos icónicos del restaurante. Un platazo. Excelente.

El pan, que acompañó la cena fue bueno.

No tomamos postres, el cuerpo no daba para mas.

Para beber tomamos una botella de agua grande y una botella de vino blanco Terras de Lantaño Albariño 2018 DO Rias Baixas. Viña Cartin (Lantaño). Cepajes 100 % Albariño. Vino joven sin crianza con trasiegos constantes. Vino fresco, agradable y bien equilibrado, fácil de beber, con un postgusto largo. Acompañó perfectamente la cena

Finalizamos con 2 buenos cafés.

La cuenta ascendió a 61,62 €/persona. Muy buena RCP. Como anécdota decir que al presentarnos la factura nos sorprendimos al ver que esta era de 31,50 €/persona porque habían nada mas y nada menos olvidado de facturarnos el bogavante. Buena cocina y buen servicio, pero habría que mejorar las copas. Es un restaurante al que seguramente cuando volvamos a las Rias Baixas volveremos.