Falló la pasta

Comida para cuatro en el agradable interior del local decorado con sencillez.

Hummus de aperitivo. Tras ello, compartimos como entrantes un par de generosas bruschettas (tostadas de pan al ajo con mozzarella y concasse de tomate), una de albahaca fresca y aguacate y la otra de panceta italiana y cebolla roja.

Pasta casera para todos a continuación: paccheri con gambas, vieiras, calamares y espárragos, pappardelle con salsa boloñesa blanca, champiñones y trufa, tagliatelle cacio e pepe (con queso de cabra y pimienta negra), y tagliatelle con pollo y champiñones al vino blanco con un toque de nata. Platos estupendos salvo por el hecho de que la pasta (excepto los paccheri) adolecía de exceso de cocción. Imperdonable en un restaurante de cocina italiana.

De postre, panna cotta para dos, semifrío al limoncello y tarta de limón.

Una botella de Prosecco Terra Serena, D.O.C. Treviso, con el precio bastante inflado (17.50 €) nos acompañó durante la comida.

Buen servicio.